Apenas si habían pasado unos minutos de la siete de la tarde de ayer cuando los primeros coches iniciaban su recorrido pitando como señal de celebración, después de que Marruecos se impusiera a España en los penaltis y pasara a cuartos de final del Mundial de Qatar por primera vez en su historia. Unos de los más tempraneros pasaron por la calle Castelar luciendo banderas de Marruecos y del pueblo bereber, haciendo sonar bocinas camino de la Avenida Juan Carlos I. Gritaban vivas a Marruecos casi saliéndose de las ventanillas.
Poco después, apenas habían pasado diez minutos, eran decenas los vehículos que trataban de rodear la Plaza de España sin éxito: la Policía Local había cortado el acceso con vallas y varios coches policiales la custodiaban, tal y como se había establecido en el plan de seguridad especial montado con motivo de este encuentro de fútbol. No habría celebración en la zona más céntrica de la ciudad. También la bajada de la Avenida terminó siendo cortada aunque ocurrió tiempo después del comienzo de la caravana.
La calle principal de Melilla empezó a llenarse de coches casi de inmediato. Los vehículos venían de prácticamente todos los barrios hacia el centro seguramente esperando poder expresar su alegría en la Plaza de España. De hecho, es el punto neurálgico para este tipo de celebraciones, como ya se ha podido ver en momentos muy relevantes en las victorias de España, como el Europeo de 2008 o el Mundial de Sudáfrica de 2010.
Coches con banderas marroquíes, bereberes e incluso palestinas atravesaban la calle General Macías para unirse a los que procedían de la bajada de la Avenida Juan Carlos I hacia la Plaza de España. El sonido de los pitos era ensordecedor y en un momento dado, hasta el helicóptero empezó a sobrevolar la zona. Dentro de los coches, muchas personas festejaban con palmas, gritos, bocinas, cánticos y agitar de banderas. Algunos de los ocupantes hasta se salían por las ventanillas expresando su alegría por la victoria de Marruecos.
Esta caravana de coches circuló por la práctica totalidad de los barrios melillenses y por todas sus calles principales, como es el caso del barrio Del Real.
La fila de vehículos llegó, incluso, hasta la rotonda cercana a la frontera de Beni-Enzar, donde los coches, entre los que se encontraban bastantes motos, daban la vuelta y volvían hacia el casco urbano siguiendo la celebración.
Pero lo que más llamó la atención no fueron precisamente los coches que integraban la citada caravana, que son un clásico en Melilla cuando se quiere conmemorar algo de manera especial. Lo más relevante fue que un numeroso grupo de jóvenes, muchos de los cuales parecían menores, se congregó en la Plaza de España, justo al lado del monolito de la Constitución, para festejar a su manera la hazaña de la selección marroquí.
Iban llegando poco a poco dando la sensación de que habían quedado previamente en ese punto concreto. Cuando el número ya rozaba los veinte, iniciaron su particular manera de vivir la victoria.
Algunos de ellos portaban la bandera del país vecino, otro llevaba una camiseta de esa selección y todos ellos, entre los que se incluían varias chicas, corearon el nombre de Marruecos, saltaron, bailaron y cantaron en árabe. Uno de estos chicos, bandera marroquí a modo de capa, se encaramó hasta la parte alta del monolito a la Constitución y desde allí arengaba a sus compañeros a seguir con la celebración con los brazos por encima de la cabeza en señal de victoria. Otros dos o tres se subieron a las letras que forman el nombre de Melilla pero no hubo más salidas de tono.
Estos chicos monopolizaron la atención de todos los medios de comunicación que se dieron cita en la Plaza de España como el lugar típico que centraliza las celebraciones futbolísticas. También alertaron a los propios funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía que se encontraban allí en prevención de posibles incidentes.
Los jóvenes fueron escoltados fuera de la carretera por estos agentes hasta la acera de enfrente, concretamente la esquina entre la Plaza de España y el edificio de la Autoridad Portuaria mientras varias decenas de curiosos los jaleaban, fotografiaban y grababan en vídeo con sus móviles. Uno de estos chicos incluso fue entrevistado por el equipo de Marca TV, que se desplazó a la ciudad para seguir desde aquí el encuentro de fútbol.
Durante un buen rato siguieron con sus bailes; hasta se les unió un joven con un tambor típico marroquí y continuó la fiesta a los sones típicos del folclore de la zona en las inmediaciones de la parada de la COA que hay en el lateral de la Plaza de España. Curiosamente con ellos también se encontraba una chica con una bandera española, que no tuvo problema alguno de compartir la fiesta ni fue molestada por nadie.
Y si bien se estaba especulando en ese momento con que la concentración más fuerte por la victoria marroquí se iba a producir en las inmediaciones de la frontera de Beni-Enzar, lo cierto es que no hubo allí nada relevante más allá de algún coche o moto que pasaba pitando por la rotonda.
También se había especulado con la posibilidad de que Marruecos hubiera decidido cerrar su verja en la frontera como medida de seguridad. Sin embargo, una familia que acaba de atravesar el paso fronterizo confirmó a El Faro que la frontera estaba abierta.
Lo que sí se pudo saber es que cientos de marroquíes de Beni-Enzar celebraron la victoria en las proximidades de la frontera. Fuentes de El Faro aseguran en ese sentido que habían sido convocados precisamente en ese punto como medida de fuerza frente a Melilla.
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