Fuentes policiales afirman que, al parecer, la intención de los agresores no era acabar con la vida del joven, sólo darle un escarmiento, y que el primer golpe fue en la pierna.
La investigación del asesinato ocurrido la madrugada del lunes en la calle Mar Chica, en el barrio de El Real, tiene puestas parte de sus miras en la península. Allí, según explicaron a El Faro fuentes policiales, podrían haber huido dos de los supuestos autores del crimen que tuvo como víctima a un joven de unos 29 años.
Éste falleció debido a las heridas mortales causadas por, al parecer, tres o cuatro individuos que, armados con supuestamente catanas, le propinaron diversas puñaladas. El joven murió desangrado, pese a que hasta el lugar de los hechos se trasladaron rápidamente dos ambulancias para atenderle. Sin embargo, no pudieron hacer nada por salvar su vida debido a los graves cortes que presentaba especialmente en una pierna y en el costado.
Los agentes del Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía que investigan el caso barajan desde primera hora la posibilidad de que este asesinato se deba a un ajuste de cuentas, hipótesis que también apuntan algunos de los testigos que ya el pasado lunes hablaron para El Faro relatando todo lo que habían presenciado.
Éstos últimos relatan que el fallecido –afirman que recientemente había salido de la cárcel– había sido el autor de otro asesinato, ocurrido hace aproximadamente diez años, en esta ocasión sobre un joven de unos 16. “Han esperado hasta que saliera de la cárcel para pagarle con la misma moneda y acabar con su vida”, indican. Incluso aseguran que sus asesinos le propinaron la primera puñalada en la pierna porque precisamente esa fue la zona del cuerpo donde atacaron al joven de 16 años que perdió la vida hace una década.
Las fuentes policiales consultadas por El Faro mantienen una hipótesis algo diferente. Si bien sostienen que, al parecer, sí se produjo por un ajuste de cuentas y que el primer golpe fue en la pierna, barajan la posibilidad de que la intención de los atacantes no fuera la de producirle la muerte, sino sólo darle un escarmiento. Pero debido a que el fallecido se revolvió hacia los atacantes, éstos siguieron propinándole golpes y cortes, a causa de los cuales el joven murió.
Hasta la fecha, y siempre según los datos aportados por estos testigos –el caso se encuentra bajo secreto de sumario–, parece cierto que fueron tres o cuatro los agresores, supuestamente de nacionalidad marroquí y que al parecer huyeron en un Mercedes. También se apunta a que dos de ellos podrían encontrarse en la península y que se trata de un ajuste de cuentas por un asesinato que el joven ahora fallecido cometió hace unos diez años sobre otro de 16.
Tranquilidad en El Real, aunque piden presencia policial
“Ha sido un ajuste de cuentas sin más”, “le han esperado diez años para devolverle con la misma moneda” o “no era trigo limpio” eran algunas de las expresiones que utilizaron ayer varios vecinos de la calle Mar Chica, para explicar lo sucedido en la madrugada del lunes donde fue asesinado un joven de 29 años.
La mayoría de las vecinos que atendieron ayer a El Faro reconocieron que no conocían a la víctima y que no era de El Real, sino del Monte, aunque sí que pasaba mucho tiempo por allí.
Respecto a los atacantes, desconocen cuántos eran, su procedencia o su nacionalidad.
Sí aseguran, sin embargo, que el suceso no ha alterado la vida cotidiana ni hay ningún tipo de alarma o miedo a salir a la calle. La mayoría justifica esta ‘calma’ en el hecho de que se trata de un ajuste de cuentas. “Otra cosa hubiera sido que hubieran matado a esta persona mientras la robaban. Entonces la cosa cambiaría”, comentó a El Faro un comerciante.
Algunos vecinos corroboran esa sensación de tranquilidad afirmando que se habían enterado de los hecho el miércoles. Otros afirman que su rutina no ha cambiado y que siguen, por ejemplo, sacando a los perros de noche, alrededor de la hora que ocurrieron los hechos, sin temer que les pueda ocurrir algo.
Todas las voces, sin embargo, no van en esta línea y varios comerciantes y vecinos piden una mayor presencia policial. “De un tiempo a esta parte El Real se ha convertido en un barrio malo respecto a la seguridad. Cada vez se ve más droga, más prostitutas, más contenedores quemados y menos Policía. Y sí, viene cuando algún vecino les llama, aunque no siempre, pero la delincuencia no baja”.
Uno de los comerciantes comentó que en las últimas fecha había aumentado las medidas de seguridad de su establecimiento ante estos sucesos, pero lo que más le preocupaba era su familia y en especial sus hijos “por lo que a diario ven en el barrio”. “Las prostitutas buscan clientes a plena luz del día frente al parque infantil y nadie hace nada”, dijo.
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