Un coche se ha empotrado en la mañana en la zona boscosa que está en la bajada del cementerio musulmán de Melilla. Los daños registrados en el vehículo son tan graves que su propietario ha decidido enviarlo directamente a la chatarrería.
Fuentes consultadas por El Faro aseguran que un coche de pequeñas dimensiones se salió esta mañana del lado derecho de la bajada del cementerio musulmán probablemente por exceso de velocidad o porque le fallaron los frenos.
Aunque no hay que lamentar heridos, el vehículo ha quedado inservible, según confirman fuentes de Bomberos. Por eso, añaden, su dueño ha decidido retirarlo de la circulación y ha ido directamente al desguace.
Se desconoce cuántas personas viajaban en el coche, de la marca Citroen, aunque sí se ha podido confirmar que el airbag solo saltó en el asiento del copiloto.
Hasta el lugar del accidente se acercó una persona que entregó las llaves del vehículo a los Bomberos para que lo trasladaran a la chatarrería.
Los Bomberos desconocen si esta persona viajaba en el vehículo o es una familiar del conductor que sufrió el accidente que, como se puede apreciar (ver fotos) no tuvo la posibilidad de frenar y se empotró en la zona boscosa que hay en las ionmediaciones del cementerio musulmán.
Entre 2019 y 2020, la carretera de la Circunvalación, donde ha ocurrido este siniestro vial, no se encontraba en la lista de puntos negros de accidentes de tráfico elaborada por la Policía Local.
La Dirección General de Tráfico (DGT) ha puesto en marcha esta semana (hasta el domingo), a través de los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, así como del resto de policías locales que se sumen a la misma, una nueva campaña específica de control centrada en la vigilancia de la velocidad como uno de los factores de riesgo clave en la siniestralidad vial.
La campaña tiene como objetivo controlar especialmente tramos de riesgo asociado a la velocidad, así como aquellos puntos donde la circulación supera el límite establecido y existe un elevado índice de siniestralidad, todo ello siguiendo las recomendaciones de las organizaciones internacionales y europeas que instan a los organismos encargados de la seguridad vial de los distintos países a vigilar que los límites de velocidad establecidos se cumplen.