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Se mantiene la precaución ciudadana y se aprende a convivir con el virus

El estado de alarma decayó el pasado 9 de mayo y Melilla vive su primer fin de semana completo sin confinamiento nocturno, sin cierre perimetral y con el horario de la hostelería ampliado.

Aunque hay menos restricciones, los melillenses apuestan por aprender a convivir con el virus pero siempre con mucha precaución. Instan a no bajar la guardia y a seguir cumpliendo con las medidas de prevención para no retroceder en la lucha contra la pandemia.

Alejandro, por ejemplo, señala que no salió de casa este viernes en la noche. Aprovechó la mañana del sábado para hacer deportes y en la tarde quedará con unos amigos. "Ya que hemos hecho los deberes por la mañana, esta tarde toca un poco relajarse en la playa con los compañeros y sí, tomarse algo hasta un poquito más tarde de lo normal".

Sin embargo, dice que su vida y rutina no cambiará mucho a como la venían llevando.

Desde el pasado miércoles, el horario de apertura de la hostelería fue ampliado y se les permite cerrar el establecimiento a las 12:00 de la noche. Para el sector es un respiro después de que durante meses debían bajar las persianas a las 21:00 horas.

Prevención ante el virus

Félix, otro melillense, recuerda que Melilla tiene la segunda tasa más alta del país de incidencia acumulada en los últimos 14 días por lo que pide a la ciudadanía no bajar la guardia.

"Ya se ha acabado el estado de alarma y tenemos que intentar hacer vida normal pero con el bicho", dice mientras agrega que hay que seguir manteniendo las medidas de prevención y no relajarse para no dar pasos atrás en la pandemia.

Pide a la ciudadanía cuidarme mucho. "La situación no es buena y tenemos que ser responsables. No podemos permitirnos el lujo de que haya otro repunte", dijo. Melilla registra la segunda tasa más alta de incidencia acumulada en los últimos 14 días, que sigue situando a la ciudad en una situación de riesgo extremo.

Elizabeth es sanitaria y ha llevado las medidas de precaución a rajataba. Insiste en la prudencia ciudadana y en aprender a vivir con las medidas de prevención. "No hay que desmadrarse, no hay que volverse loco, pero sí que es verdad que hay que intentar hacer un poco de vida con las prevenciones oportunas siempre", afirma.

El estado de alarma decayó el pasado 9 de mayo, pero pese a ello insiste en no bajar la guardia y mantener las medidas de prevención. Siendo sanitaria, sabe el esfuerzo y el trabajo que ha hecho todo este colectivo para hacer frente a la pandemia durante más de un año.

Por su parte, Manuel valora positivamente que se amplíe el horario de la hostelería porque se puede estar en una terraza al aire libre por más tiempo y aprovechando el buen clima, pero dice hay que tener respeto por el virus.

Él es profesor de inglés particular. Indica que le parece muy bien que abra la hostelería hasta más tarde, porque en las terrazas se pueden reunir para practicar el inglés conversacional, sin mascarillas y escuchando mejor la pronunciación de las palabras.

En proceso de adaptación

Por su parte Francisco de la cafetería del Kursaal, explica que la ampliación del horario hasta la media noche ha sido una medida muy esperada, sobre todo, después de tener que bajar las persianas del local durante varios meses a las 21:00 horas y ofrecer el servicio a domicilio hasta las 23:00 horas.

"Es un alivio poder trabajar hasta las 12:00 de la noche. En mi caso ya me deja poder trabajar con las cenas y creo que en principio la gente se está adaptando todavía. Ayer no notamos un incremento masivo de gente, es decir, que fue todo muy tranquilito, muy paulatino y creo que la gente, el melillense, se tiene que ir un poco adaptando, como nosotros, a la nueva normativa".

Sabe que la pandemia del coronavirus continúa, por lo que cumplen con las medidas de prevención, ubicando las mesas con dos metros de separación, tienen un aforo restringido en el interior, gel hidroalcohólico en la entrada y la limpieza constante de mesas.

Confía en que la vacunación avance para ir poco a poco volviendo a la normalidad.

En ese tiempo, muchos establecimientos han ido reinventándose para mantenerse. Durante los últimos meses han impulsado el servicio delivery, con el que ya contaban, y les ha permitido seguir adelante.

"Es verdad que hemos tenido muchísima aceptación. Es verdad que mucha población todavía es un poco reticente a salir y venir a los locales con lo que ese servicio ha tenido un boom espectacular en estos últimos meses", pero cree que con la vuelta progresiva a los café en un horario más amplio, este servicio podrá ir decayendo.

Los hosteleros confían en que la vacunación avance y así frenar el coronarivus, pero insisten también en las medidas sanitarias de prevención.

 

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