Se le reconoce así 56 años de servicio en la Administración del Estado, tanto en el Ministerio de Exteriores como los 26 años que ha sido director del IES Reina Victoria Eugenia.
La Delegación del Gobierno fue el escenario del solemne acto de entrega de la Medalla al Mérito en el Trabajo, en su categoría de Oro, al profesor melillense Antonio Zapata Martínez, de manos del delegado Antonio María Claret. A la ceremonia también asistieron numerosas autoridades locales, familiares y amigos que arroparon a Zapata.
El pasado 7 de diciembre el Consejo de Ministros aprobaba la concesión, a propuesta del ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, en reconocimiento a 56 años de servicio en la Administración del Estado, concretamente 30 en el Ministerio de Asuntos Exteriores y 26 en el de Educación.
En su intervención, el delegado del Gobierno excusó la ausencia del ministro de Trabajo e Inmigración por “obligaciones de su cargo”, que le han hecho quedarse en Madrid, si bien aseguró que “le hubiera gustado ser él mismo quien hiciera entrega de la medalla”.
Además, recalcó que esta condecoración es “muy merecida” no sólo por el amplio currículum profesional “visible” que ha acumulado Zapata hasta su jubilación el año pasado como director del IES Victoria Eugenia, sino también por el currículum “más discreto e igualmente importante” que tiene al servicio de España. Así, el delegado destacó que Zapata “multitud de veces ha realizado labores discretamente para resolver problemas, conflictos y malentendidos para evitar que se produjeran problemas en los que se podía haber visto comprometida la tranquilidad de Melilla y España”.
“Al distinguir a Antonio Zapata, premiamos a un servidor público de muy larga carrera, pero también a un servidor público ejemplar, que es un ejemplo para muchos ciudadanos, un ejemplo del que España está muy necesitada”, afirmó Claret.
Por su parte, Zapata reiteró su agradecimiento por la concesión de este galardón y “por tantos elogios”, de los que dijo son “inmerecidos”. A lo largo de su discurso recordó buena parte de sus vivencias no sólo en el ámbito profesional y educativo, sino también en el personal, destacando pertenecer a la primera generación de la posguerra, “que fue muy dura, pero sobrevivimos” y en la que aprendió de sus padres la lección más “valiosa”: “Sin esfuerzo y sacrificio no es posible nada”.
Por esta razón, animó a los españoles a que en estos tiempos de crisis, “hay que hacer un esfuerzo entre todos y arrimar el hombro”, si bien aseguró que el próximo ciclo lo ve “con optimismo e ilusión” si ese futuro es construido por todos los ciudadanos “juntos”.