En uno de los juicios celebrados esta semana en el Juzgado de lo Penal número 2, un hombre fue acusado de un delito de desobediencia por negarse a que agentes de la Policía Local le practicaran la prueba de alcoholemia. Por esa conducta, el Ministerio Fiscal reclama que se le impongan ocho meses de prisión.
Además, la acusación pública exige que se le retire el permiso de conducir durante tres años por circular bajo los efectos de bebidas alcohólicas .
Los hechos
Los hechos enjuiciados ocurrieron el pasado día 5 en una calle del barrio del Real. La fiscal le preguntó al acusado, de iniciales H. B., si iba “conduciendo”, algo que él negó. “Estaba aparcado detrás de la parada de taxis”, dijo.
El ministerio público no dio credibilidad a esa versión. “Usted giró a la izquierda y subió parcialmente a la acera”. El individuo lo negó e insistió en que el coche estaba estacionado y en que él ni siquiera estaba dentro, pues había ido a comprar a una tienda. Y añadió: “Yo no había bebido, iba a pescar en el dique”.
Agentes de la Policía Local
También declararon tres agentes de la Policía Local. El primero de ellos indicó que formaba parte de una patrulla que acudió al lugar después de que otros efectivos le dieran el alto al acusado y le pidieran la documentación.
Este testigo recordó que el inculpado admitió en ese momento que “había bebido”. Asimismo, estaba “agresivo” y desprendía “olor” a alcohol.
A continuación testificó uno de los policías que le dieron el alto cuando el coche estaba en marcha. “Observamos un vehículo que, al percatarse de nuestra presencia, giró bruscamente a la izquierda y se subió al bordillo”, evocó. “Le cerramos el paso y le pedimos la documentación”.
El agente agregó que en el coche había otro hombre y dos mujeres, y que llevaban “latas de cerveza”. Así, sacó el etilómetro e intentó someter el acusado a la prueba de alcoholemia. Según indicó el funcionario, “siempre nos decía que había bebido y que iba a dar positivo. Puso la boca tres veces, pero no sopló”.
Otro policía que estaba presente confirmó esta última declaración y añadió que el acusado “hablaba bastante”, estaba “nervioso” y “tenía los ojos rojizos”.
Mujer que lo acompañaba
También declaró una mujer que afirmó ser ella la conductora, no el acusado. “Yo paré para comprar en una tienda”, aseguró. “¿Por qué giró y se subió a la acera?”, le preguntó la juez. “El coche no estaba en la acera”, replicó.
La fiscal mantiene la acusación, al dar credibilidad a la declaración de los policías. La defensa, en cambio, pide la absolución.
En su derecho a la última palabra, el acusado aseguró que los policías le dijeron a su mujer “fuera de aquí, guarra”. “Eso no se hace, no es justo”, manifestó.
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