Editorial

Se cumplen las tradiciones

Tradicionalmente, Melilla ha sido siempre una ciudad marítima, que incluso tenía una interesante industria pesquera con la elaboración de conservas que daba empleo a un buen número de melillenses. Tenía su flota, sus barcos, que desaparecieron en los años ochenta cuando la entrada de España en la Comunidad Económica Europea supuso el fin de aquella parte de nuestra economía, incapaz de poder competir con el gigante que se nos venía encima.

Todo lo relacionado con la pesca se perdió hace casi 40 años pero la tradición marinera de festejar por todo lo alto la Virgen del Carmen se mantuvo viva hasta el día de hoy. No hay más que ver la semana de actividades que se ha celebrado y estos dos últimos días, llenos de fervor por la ‘Estrella de los mares’ como reza su himno.

Y es muy importante señalar que no ha dejado de festejarse a la Patrona del mar, de los marineros, de los pescadores, de la Armada española. Desde la ofrenda floral en el barco de la Plaza junto a la Puerta de la Marina como símbolo de toda la marinería hasta la procesión de ayer domingo, ha sido importante el seguimiento que ha tenido el programa de actos por la Virgen del Carmen, que cada año va a más y que tiene en la verbena de Corea la última representación de lo que eran las fiestas populares de los barrios por sus respectivos santos patrones.

Salta a la vista que Melilla sabe preservar sus tradiciones, que las atesora como acervo cultural que aportar al conjunto de los melillenses, y que las resalta y valora en la medida en que forman parte de nuestra memoria colectiva.

Celebrar la Virgen del Carmen es como conmemorar el calor, el verano y la playa. Cuentan los que rebasan las ocho décadas de vida que, en su juventud, pocos se metían en el mar hasta que las aguas no eran bendecidas por Nuestra Señora del Carmen, que recorría la bahía en una barquita, acompañada por los pescadores y cuantos tuvieran aunque fuera un pequeño bote con el que navegar. Era como el pistoletazo de salida para los bañistas, que asistían emocionados a ver tan bonita procesión marítima.

Los tiempos cambian y ya no es costumbre aguardar tanto para darse el primer chapuzón del año pero queda vivo el sentimiento de celebración, de conmemoración, de darle a la Virgen del Carmen el lugar que le corresponde por su patronazgo sobre un sector tan amplio y variado como es el mar y todas las actividades que lo rodean.

Hablando de tradiciones, hace poco la consejera de Cultura, Patrimonio y el Mayor, Fadela Mohatar, manifestó que ya se trabaja en la organización de los festejos patronales de septiembre en honor de Nuestra Señora de la Victoria. Esperemos que sigan teniendo el encanto, el brillo y la concurrencia de años anteriores porque si de algo se puede sentir orgulloso un pueblo siempre es de tener muy presentes sus tradiciones.

 

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