Un hombre se enfrenta a una posible condena de dos años de prisión. Su vecina denunció que se coló en su vivienda, ubicada en Ataque Seco, con el único fin de robarle el contrato de compraventa y revender su casa. Según la acusación, forzó una ventana para entrar en el domicilio, del que además se llevó varios objetos, como el microondas y abalorios de oro. El individuo compareció el miércoles ante la magistrada titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla como presunto autor de un delito de robo con fuerza en las cosas.
El procesado aseguró que la noche del 18 de enero de 2016, cuando supuestamente tuvieron lugar los hechos llevados a juicio, estuvo durmiendo en su casa. Negó que hubiera forzado la ventana de su vecina y que se hubiese introducido en su vivienda. “No creo que me viera, como ha denunciado la hermana, porque yo estuve en mi casa durmiendo”, sostuvo.
El hombre dijo que había tenido “problemas” con la familia de su vecina. Según contó, la denunciante no es la propietaria de la vivienda. “Está de alquiler en la casa de mi abuela, no me paga el alquiler y se cree que es suya”, indicó el acusado.
La perjudicada, por su parte, negó esto último. “La casa era de su abuela y él me la revendió”, aseguró. Según apuntó, está convencida de que el motivo por el que se coló en su casa cuando ella estaba en Málaga para robarle el contrato de compraventa de la propiedad.
No obstante, dijo que no fue lo único que le sustrajo. “Se llevó de todo: el microondas, las cosas que tenía de oro, una máquina de la cera…”, expuso. Además, señaló que al regresar a su casa se la encontró “destrozada”, con las losas de la cocina rotas. “Me supuso un gasto enorme”, lamentó. La mujer contó que fueron sus hermanas, que viven en viviendas próximas, las que alertaron a la Policía del robo al percatarse una de ellas de que el procesado se había colado en la vivienda forzando una ventana.
Según la declaración de una de las hermanas de la víctima, fue su otra hermana la que le avisó de que había escuchado ruidos en casa de la perjudicada. Entonces, la testigo se acercó a la vivienda y vio por una ventana al procesado, que se encontraba de espaldas, junto a otras dos personas.
Incidió en que estaba segura de que era él puesto que lo reconoció perfectamente por la voz y por la silueta. La mujer contó que fue a su casa a coger un alicate porque “habían colocado un candado” en la vivienda de su hermana. Al regresar, ya no estaban. Asimismo, contó que después de que llegase la Policía a la casa, el hombre volvió a colarse en la misma.
La otra hermana explicó que su vivienda está pegada a la de la víctima y que por la noche escuchó ruidos, lo que le extrañó porque sabía que la casa estaba sola. Según indicó, ella también vio por la ventana al encausado junto a otros dos hombres. Aunque estaba de espaldas, insistió en que estaba convencida de que era él. Según dijo, cuando la Policía se marchó de la casa de su hermana, ella se quedó allí durmiendo con el novio. “Escuchamos que se metió con un perro y luego se fue”, afirmó.
Tras escuchar todas las versiones, la fiscal solicitó que se dictara una sentencia condenatoria. Pidió para el procesado una pena de dos años de prisión, además de que pagase a la víctima 3.500 euros por todos los artículos sustraídos y otros 700 euros por los daños en la vivienda. El letrado de la defensa reclamó la absolución de su representado e insistió en que no habían quedado probados los hechos.
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