Asegura que lo más gratificante es ver la ilusión con la que los usuarios del programa ‘Equinoterapia para personas con discapacidad’ cuidan y crean vínculos con los animales. María Flor Alemany, psicóloga especialista en terapia con caballos, se ha encargado del programa que se ha desarrollado en el Parque Granja Escuela Rey Felipe VI de mayo a julio y en el que han participado 37 personas, desde niños a adultos, pertenecientes a Autismo Melilla, TeAma (que trabaja con personas con trastorno de espectro autista y afines) y el centro Francisco Gámez Morón.
Este programa, organizado con la Consejería de Bienestar Social, a través de la empresa Eventos Melilla, concluyó a finales de julio, aunque ya se ha desarrollado en años anteriores. Para Flor Alemany, los beneficios para los participantes son múltiples, ya que se trabaja desde el ámbito motor hasta el cognitivo, centrándose en aspectos como la motricidad, el equilibrio, la memoria, la atención y hasta la parte afectiva. Para ello, cuentan con un co-terapeuta muy especial: el caballo Chicharito.
“Trabajamos mucho pero ellos lo ven como una diversión porque es una actividad lúdica en un contexto natural”, señala la psicóloga, que detalla que las sesiones son variadas pero hay una parte rutinaria que comienza con el saludo de los participantes a los monitores y a los “queridos caballos”: Chicharito y la yegua Deme. Después, cepillan a los animales. “Se trabaja mucho la autonomía, para que ellos mismos busquen los materiales”, apunta.
En esta primera fase se han adaptado las sesiones a las capacidades y necesidades de cada usuario (niños desde seis años hasta los adultos del Gámez Morón).
De esta manera, la psicóloga detalla que, en las sesiones de las mañanas, han participado diez personas del centro Francisco Gámez Morón, que se ha incorporado este año a esta terapia, y se ha trabajado de manera grupal.
Por las tardes, han asistido los 27 usuarios restantes pertenecientes a Autismo Melilla y TeAma. Con ellos, las sesiones han sido individualizadas y se ha trabajado con cada uno de ellos por separado.
Aunque el momento más esperado por los usuarios es la monta del caballo. En esta fase de la terapia, se trabajan diferentes ejercicios según las necesidades específicas de cada jinete.
El proyecto continuará en septiembre, cuando está previsto que usuarios de Aspanies - Plena Inclusión Melilla (que trabaja con personas con discapacidad intelectual y sus familias) también se incorporen al programa. El deseo de la psicóloga es que más asociaciones decidan también sumarse a la Escuela de Equinoterapia.
Flor Alemany destaca sobre todo la ilusión con la que volvieron los usuarios que ya habían participado en este programa anteriormente: “Estaban deseando reencontrarse con Chicharito. Se crea un vínculo muy positivo y especial con el caballo. Lo cuidan mucho”.
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