Un joven se enfrenta a una multa de 7.200 euros como presunto autor de un delito de daños. Según la acusación de la Fiscalía, se cargó el vehículo de un ex compañero de trabajo al introducir azúcar en el depósito del automóvil.
Estos hechos, llevados ayer a juicio, tuvieron lugar sobre las 18:00 horas del pasado 11 de marzo de 2016. El acusado aseguró ante el tribunal del Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla que él no tenía nada que ver con los daños ocasionados en el coche, tasados en 1.950 euros. Sostuvo que aquella tarde estuvo trabajando y luego, al terminar la jornada, quedó con un amigo para cenar y salir de fiesta.
Roces de trabajo
Según la versión del procesado, conocía al denunciante porque habían sido compañeros de trabajo en una cafetería del centro de la ciudad. Según afirmó, tuvieron algunos “roces”, pero consideró que la relación entre ambos era “la normal”.
El acusado, respondiendo a preguntas de la fiscal, señaló que no estaba seguro de si había sido despedido o no de la cafetería, puesto que él tomó la decisión de no volver más, pero no había “firmado nada”. “Discutí con él y me fui”, explicó el joven.
En venganza
El denunciante afirmó en el juicio que sabía que el encausado fue quien le destrozó el coche porque otros individuos lo reconocieron y así se lo hicieron saber. Él era el encargado de la cafetería en la que trabajaba junto al procesado en 2016. “Lo pillamos cogiendo bebidas y se lo dijimos a mi jefe”, rememoró. “A los dos meses pasó lo que pasó con mi coche”, señaló, indicando que pensaba que el acusado actuó en venganza.
Según relató, dejó el vehículo estacionado en la calle y dos individuos que se dedican a recoger garrafas de plástico por esa zona pudieron ver cómo el procesado introducía una sustancia en el depósito. “Les enseñé la foto del procesado y me lo confirmaron”, indicó.
También testificó uno de los que supuestamente vieron cómo el procesado cometía el delito. “Vi que bajó de un coche y que manipuló el vehículo”, aseguró.
Conclusiones
Para la fiscal quedó suficientemente acreditado que el encausado era el autor del delito de daños. El letrado de la defensa, sin embargo, afirmó que se habían producido varias contradicciones durante el procedimiento, por lo que reclamó la absolución de su representado. La magistrada tendrá que dictar sentencia.
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