l El psicólogo Daniel Ventura da algunas claves para vivir el duelo después de un fallecimiento. “LLorar y revivir la experiencia sirve para seguir adelante”.
Durante estos días miles de personas se acercan a los cementerios de nuestro país para recordar a los seres queridos que han perdido. Todas estas personas han pasado, o lo están haciendo aún, por el duelo, es decir, un periodo para aceptar la muerte de una persona cercana. La forma de cada uno de recuperarse tras un episodio así varía, pero existen algunas técnicas que pueden ayudar a que ‘la pena’ sea más llevadera.
¿Se supera el fallecimiento de alguien muy cercano? La respuesta a esta pregunta es “no”, según el vicedecano del Colegio de Psicólogos de Melilla, Daniel Ventura. Esto no quiere decir que las personas que han vivido una muerte cercana no vuelvan a su vida habitual y se recuperen. Lo que significa, explica Ventura, es que no se olvida nunca a esa persona. “Se acepta la pérdida, pero no se olvida que esa persona se ha ido”, indicó.
El tiempo que se necesita para volver a la rutina tras un fallecimiento es variable en función de cada persona. Pero en general, no se trata de un periodo corto. Según los expertos, lo normal es que se tarde entre tres y cuatro años en superar completamente un fallecimiento. Evidentemente dependerá de la cercanía del fallecido y también del carácter de cada uno.
Ventura señala que para poder afrontar una experiencia así, es importante revivir lo ocurrido, al contrario de lo que mucha gente hace. El psicólogo señala que para que la pérdida se integre en la realidad es necesario que se hable de ello. El llanto, apunta también, es un arma para expresar los sentimientos de tristeza y liberarnos. “Disimular nuestro dolor no conduce a nada positivo”, indica el experto.
La tradición de acudir al cementerio para recordar a esa persona es también algo positivo, siempre y cuando no se vuelva algo ‘patológico. Ventura explica que ir a visitar la tumba de la persona fallecida no puede interferir en tus actividades cotidianas, pero sirve para estar cerca y forma parte del proceso de recuperación tras un fallecimiento de esa persona.
El psicólogo melillense apunta que cuando se produce una muerte cercana, las personas pasan por cinco fases: La negación, el enfado, la negociación con uno mismo, la tristeza y la aceptación. Ventura indica que esto es lo habitual, pero señala que en algunas ocasiones la gente no llega a la quinta fase, el duelo se vuelve “patológico”. En estos casos, es imprescindible acudir a un especialista que nos ayude a superar lo ocurrido.
Este tipo de sensación, continúa explicando el psicólogo, se produce muchas veces cuando el que muere es un niño. Ventura asegura que estos fallecimientos son considerados ‘factor de riesgo’. “El duelo, si se complica, puede durar muchos más años de lo previsto”, apunta.
Ventura indica que no existe ninguna fórmula secreta para poder recuperarse después de una pérdida. El dolor, la tristeza e incluso el malestar físico son normales en este tipo de casos. Lo importante es buscar la forma de seguir adelante, siendo conscientes en todo momento, de que es imposible olvidar o sustituir a la persona que se va.
Hay un dicho popular que señala que las personas continúan vivas siempre que alguien las recuerde. Al final la memoria es lo único que nos mantiene cerca de los que se fueron.
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