Frente a lo asegurado por el Ingesa hace sólo unos días, desde el Satse hasta empleados anónimos del Hospital Comarcal aseguran que el pasado 31 de julio se cerró al completo la planta de Cirugía, originándose con ello una situación de saturación insostenible que pone en solfa la capacidad de atención sanitaria a la población local. En Melilla somos muy conscientes del instrumento de colaboración efectiva que supone, en el marco de las relaciones hispanomarroquíes, la atención sanitaria que se presta a nuestros vecinos de allende nuestra frontera en el único hospital que tenemos en nuestra ciudad. Sin embargo, no es admisible que esa atención se preste a costa de devaluar la atención sanitaria que merecen los melillenses. De ahí que resulte imprescindible abrir un debate sobre el futuro del ‘Comarcal’ una vez entre en funcionamiento el nuevo Hospital Universitario que se está construyendo en el solar del antiguo ‘Docker’, porque parece claro que a la hora de programar no sólo hay que pensar en nuestro padrón de habitantes y posible crecimiento demográfico, sino en la carga añadida y principal que supone la atención sanitaria a nuestros vecinos marroquíes.
Nuestra observación no debe entenderse como una advertencia en pro de la confrontación, sino al contrario en beneficio de la mejor convivencia no sólo entre los propios melillenses sino con nuestros vecinos fronterizos. Con unos servicios sanitarios ajustados a la realidad se evitarán conflictos y situaciones extremas como las que actualmente se suceden en el Hospital Comarcal.