El responsable del sindicato, Emilio Barrientos, considera que excluir la población proveniente de Marruecos en la última estadística dibuja una realidad “muy diferente”.
El Sindicato de Enfermería en Ceuta (Satse) criticó ayer los datos aportados por el Ministerio de Sanidad en la estadística ‘Establecimientos sanitarios con régimen de internado 2008’ al considerar que dibujan una realidad sanitaria muy diferente con el truco de obviar la población flotante marroquí que deben atender los centros ceutíes.
La realidad, explicó Emilio Barrientos, es otra “muy diferente” ya que la población se ha incrementado en poco más de 1.300 habitantes entre 2007 y 2008, y en algo más de 3.000 habitantes en el año 2010 (según los datos censales publicados por el INE), las listas de espera son demasiado largas en la mayoría de las especialidades y en atención primaria, y la dotación de enfermería está muy por debajo de los ratios ya no sólo europeos sino también nacionales.
“La culpa”, subrayó el secretario general de Satse, la tiene la Administración que a la hora de evaluar los recursos sanitarios solo tiene en cuenta la población real de Ceuta, establecida en 78.674 habitantes (datos a 1 de enero de 2009) y no cuenta con la población flotante: “Algunos cifran en cerca de 200.000 las personas, entre los habitantes de Ceuta y la población marroquí, que, según los datos más conservadores, son potenciales usuarios de los servicios sanitarios de nuestra ciudad”.
Barrientos ve “preocupantes” estas estadísticas oficiales ya que por ellas se guían otros estudios y, también, los responsables económicos: “Ahora vemos claro, que cuando demandamos más recursos se nos diga que los recursos de los que ya disponemos están por encima de la media del Estado. Si los datos son estos y están tomados así, sin contar con la población flotante que hace uso de los servicios sanitarios de nuestra ciudad, no sólo estaríamos por encima de la media europea sino incluso más cerca de Finlandia o Dinamarca”.
El secretario general del sindicato indicó que, en relación a 2007, el número de profesionales de enfermería del territorio Ingesa en Ceuta y Melilla ha disminuido. En 2007, según datos del informe del Ministerio, había 448 profesionales de enfermería y en las cifras de 2008 se indica que contamos sólo con 424. Es decir, menos recursos enfermeros pero más población a atender.
“La realidad es que si antes estábamos mal cada vez estamos peor, pero curiosamente, las estadísticas oficiales del ministerio dicen justo todo lo contrario, por lo tanto, ¿de qué nos quejamos?, Tenemos que estar contentos con tenemos más enfermeras por 1.000 habitantes que la mayoría de las comunidades: También nuestra dotación es la mayor de España por 100.000 habitantes y los recursos económicos por habitante de los que disponemos están por encima de la media nacional. Es la mentira de la estadística”, resume Emilio Barrientos.
La solución, finaliza el responsable autonómico del Sindicato de Enfermería, pasa, además de por regular la sanidad que se presta a los ciudadanos transfronterizos mediante convenio con Marruecos, por elaborar estadísticas “fiables”, con datos “reales”, donde se incluya la población atendida y no censada a los efectos de dotar la sanidad ceutí y así con eso realizar una evaluación fiable: “Dotar a Ceuta de los recursos económicos, personales y materiales necesarios para que todos estemos orgullosos de la sanidad de la que disponemos y que no seamos los profesionales de enfermería, entre otros, los que con nuestro sobreesfuerzo, tengamos que intentar solventar los problemas en el día a día y así paliar las carencias de medios humanos y materiales de los que disponemos”.
El sindicato no irá a la huelga general
Según informó el Sindicato de Enfermería en Ceuta (Satse) mediante un comunicado de prensa, la postura de la entidad para el próximo día 29 será que “la opción de la huelga general, en las actuales circunstancias, no va a ayudar a frenar al Gobierno ni va a aportar ningún beneficio a los trabajadores”. Satse considera que deberán ser los profesionales los que valoren “individualmente” su asistencia. Eso sí, el sindicato se cuida de adoptar una posición de “neutralidad” y “respeto” hacia la convocatoria.