El objetivo de las inspecciones es evitar posibles riesgos para la salud por alimentos en mal estado.
La Consejería de Presidencia y Salud Pública ha iniciado una campaña para verificar la actividad desarrollada en los establecimientos de restauración con el fin de comprobar que éstos cumplen las condiciones generales de higiene. El objetivo de estas inspecciones, que llevarán a cabo técnicos de la Unidad de Seguridad Alimentaria de la Dirección General de Sanidad y Consumo, es evitar posibles riesgos para la salud pública provocados por la ingestión de alimentos en mal estado. Está previsto que la campaña se desarrolle durante los meses de julio y agosto.
Durante ese periodo, los técnicos de la Consejería pondrán especial énfasis en verificar que la actividad que llevan a cabo los establecimientos alimentarios se ajusta a la contemplada en su licencia de apertura. Además, se analizarán las condiciones generales de estos negocios y “las buenas prácticas de higiene alimentaria, como la trazabilidad de los productos que se encuentran almacenados o a la venta en los establecimientos alimentarios”, señala la Consejería en su nota de prensa.
El objetivo de esta campaña es evitar posibles riesgos para la salud pública provocados por el consumo de alimentos en mal estado a causa de contaminación microbiológica o cruzada y por la mala conservación, almacenamiento o manipulación.
Los inspectores tendrán en cuenta diversos aspectos durante las comprobaciones que lleven a cabo. En primer lugar, reexaminarán las requisitos para la autorización de cada uno de los establecimientos y realizarán un control de las condiciones generales de higiene de los mismos. Además, controlarán la trazabilidad de las materias primas, entre ellas, la procedencia de los moluscos bivalvos.
Higiene, desinfección, fumar...
Los inspectores también comprobarán “las buenas prácticas de higiene, realizando análisis ‘in situ’ de superficies de trabajo y utensilios”, señala la Consejería. Asimismo, constatarán si se realiza de manera correcta la desinfección de vegetales y si se hace un uso correcto del huevo fresco para evitar contaminaciones.
Otro de los aspectos que verificarán es el correcto eviscerado y congelado de pescados crudos o poco cocinados. Y se comprobará que los aceites a disposición del consumidor se presentan en envases etiquetados y de un solo uso.
Además, los inspectores verificarán que se transmite correctamente la información sobre los ingredientes que causan alergias e intolerancias, es decir, cereales sin gluten, crustáceos, huevos, pescado, moluscos, cacahuetes, altramuces, soja, leche y derivados, frutos de cáscara, apio, mostaza, granos de sésamo, dióxido de azufre y sulfitos.
Finalmente, comprobarán que se cumple la prohibición de fumar en el interior de los establecimientos y que sólo se permite en los espacios al aire libre autorizados.