La sangre no llegará al río

La verdad es que en Melilla ha sucedido lo que tenía que suceder: que el PP ganara los tres escaños en juego, el del Congreso y los dos del Senado. Lo que nadie podía esperar era que Coalición por Melilla se quedara tan cerca, como en el caso del escaño de Sofía Acedo, donde poco más de cincuenta votos la separaban de la candidata de CpM.

Es verdad que Mustafa Aberchan se ha jugado el todo por el todo en estas elecciones generales y quería, a toda cosa, el escaño del Congreso de los Diputados. Y si lo hubiera obtenido buen rédito podría haber sacado tal y como tiene Pedro Sánchez las cuentas para salir como presidente del Gobierno.

La propia campaña electoral se había convertido en un mano a mano entre populares y cepemistas, con un PSOE observando desde su particular atril pero que ha sufrido un varapalo verdaderamente demoledor. Y más tras los resultados que se llevó en el mes de abril en las pasadas elecciones generales. Le ha pasado más o menos, lo mismo que a Ciudadanos, un buen resultado en abril y una debacle en las últimas, más o menos la copia de lo que ha ocurrido a nivel nacional con el partido naranja.

Mientras tanto, Vox ha vuelto a crecer en número de votos en relación con las generales de abril y se confirma como tercera fuerza política, pero aún les debe doler la bajada que tuvieron en las autonómicas donde sólamente consiguieron dos escaños.

Melilla se ha pronunciado para ver quiénes son sus representantes en Madrid, pero vuelvo a repetir, al igual que lo he hecho desde que se convocaron estas elecciones del 10 de noviembre y es que no se pueden extrapolar los resultados en función del gobierno que actualmente dirige los destinos de la Ciudad Autónoma. Porque nadie le discute al PP que ganó también en mayo, pero que le faltó un poco más para contar con una mayoría con Vox. Le faltó ese escaño que tenía en su mano Eduardo de Castro y que tan buen jugo le ha sabido sacar.

Ahora, una cosa es que no se puedan extrapolar y otra bien distinta es que los resultados también traerán consecuencia o marejada en los próximos días o semanas. Tanto el PSOE como CpM se han tirado los trastos a la cabeza. Rojas ha culpado a Aberchan de la oportunidad perdida, mientras que el líder de los localistas lanza sus dardos envenenados contra los socialistas. Esa tensión, seguramente, se podrá observar en las relaciones entre los dos partidos mayoritarios que configuran el gobierno de Melilla, pero no creo que la sangre llegue al río. Repito que ambas formaciones han tardado más de veinte años en tocar poder en Melilla y sus peleas por temas nacionales entiendo que no deben perjudicar al normal desenvolvimiento de la política local, donde la primera asignatura que tienen, una vez pasadas las elecciones, son la presentación y posterior aprobación de los presupuestos. Confiemos que durante los próximos días los podamos conocer.

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