El periodista y escritor Fernando Sánchez Dragó presentó ayer en el Salón Dorado del Palacio de la Asamblea su nuevo libro, ‘Esos días azules. Memoria de un niño raro’. En declaraciones a los periodistas indicó que la España de las tres culturas era “una invención literaria”.
Sánchez Dragó explicó que, siendo sinceros, “los madrileños no creo que estén especialmente inquietos por cómo se resuelve aquí la convivencia entre las culturas”, cuando se le preguntó por la opinión que le merecía la idiosincrasia de la sociedad melillense. En este sentido, afirmó que hace poco publicó un artículo dedicado a “este asunto de la España de las tres culturas. Es un camelo al que yo mismo he contribuido. La idea de la España de las tres culturas en la que los musulmanes, judíos y cristianos vivían armónicamente es una invención literaria que surge con los poetas románticos y a la que luego, otra serie de escritores, entre los que me encuentro, hemos ido añadiendo leña. Nos hemos ido inventando esa España que nunca existió”.
Este escritor aseguró que la escuela de traductores de Toledo fue un proyecto cultural liderado por hombres sabios, y por ello, hombres de paz, y que recuperaron para Europa los textos de los escritores griegos que permiten ahora tener la sociedad actual. Sin embargo, aseguró que no iba a seguir contribuyendo a la idea de la convivencia de las culturas derivadas de las religiones monoteístas.
Por otro lado, Sánchez Dragó aseguró que ‘Esos días azules’ es el primer volumen de sus memorias, y que cree que aún le queda por escribir unos cinco libros más para narrar en primera persona los aspectos de su vida secreta.
Sánchez Dragó aseguró que ha vivido su vida para poder escribir luego sobre ella y recordó que en esta primera parte de sus memorias narra sólo su niñez y adolescencia y que el segundo volumen, en el que está ya trabajando, contará sus primeros años en el exilio.
Entre las historias que narra en esta obra, Sánchez Dragó comentó cómo a sus tres años ya leía y escribía con fluidez, y que su madre, al estar muy orgullosa de este hecho, le hacía leer cada vez que alguien visitaba la casa. Así, comentó como su primer recuerdo es decirle a una señora que les visitaba que de mayor quería ser escritor.
También indicó no estaba seguro de si era un buen, regular o mal escritor, y que seguramente eso lo dirán si su obra continúa en el tiempo. Pero afirmó que sí estaba seguro de ser un buen personaje de novela. Por ello, había realizado innumerables viajes por todo el mundo, ha probado todo tipo de experiencias y ha vivido muchas situaciones para ser narradas, desde reyertas en un burdel hasta recorrer el Sahara.
No es la primera vez que Sánchez Dragó pisa la ciudad, ya que estuvo hace años, cuando realizaba conferencias en la Universidad de Fez y también cuando fue enviado por el Diario 16 a cubrir en Nador una ‘especie de marcha verde’ que se organizó al otro lado de la frontera. Lo que sí reconoció fue que no recordaba que hiciera tanto frío en Melilla.
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