Salwa está embarazada de ocho meses y duerme en la calle desde que el viernes pasado, ella y otras familias, fueran expulsadas del CETI. No está sola, sus tres hijos de nueve, siete y tres años y su pareja Mustafá le acompañan. Todos duermen en unos cartones colocados sobre la tierra en frente del CETI.
Mustafá lleva más tiempo en la calle, en total ocho meses, pero está preocupado por sus hijos, que pasan hambre y frío y no hay seguridad en ese lugar para ellos. Su hijo mayor va por la mañana al colegio, pero los otros dos esperan con sus padres entre los cartones y Mustafá contó que estos les lloran porque “quieren comer”.
En esta situación se encuentran el resto de familias que, avisadas en el mismo día, fueron expulsadas el pasado viernes tres de centro de inmigrantes de Melilla. Algunos de ellos, han enviado los documentos en los que se les notificaba la situación a unos abogados de Madrid que se han ofrecido a ayudarles para anular la expulsión, según explicó uno de los implicados a este medio.
El pasado viernes declararon que vinieron a Melilla buscando “la protección de España”.