Cinco inmigrantes necesitaron asistencia médica en el Comarcal, dos de ellos por roturas en la pierna y el tobillo. La Guardia Civil dio bocadillos a 17 subsaharianos encaramados en lo alto de la verja.
La valla de Melilla volvió a ser ayer escenario de una entrada irregular de inmigrantes. Cuarenta subsaharianos consiguieron acceder a Melilla tras un nuevo salto masivo al perímetro fronterizo que separa la ciudad autónoma de Marruecos, en el que participaron más de 600 inmigrantes divididos en varios grupos a lo largo de la madrugada, según informó la Delegación del Gobierno en nota de prensa.
Treinta y cinco de los subsaharianos que lograron acceder a la ciudad autónoma llegaron por su propio pie hasta el CETI, donde fueron recibidos por algunos de los residentes del centro al grito de ‘bosa’.
Los otros cinco subsaharianos que lograron saltar la valla fueron trasladados al Hospital Comarcal en una ambulancia de la Cruz Roja, después de que la Guardia Civil requiriera su presencia al advertir de que varios de ellos podrían haber resultado heridos al saltar desde la valla.
Dos de los atendidos en el citado centro hospitalario han quedado ingresados porque presentaban fracturas, uno de ellos en la pierna y el otro en el tobillo.
La entrada de ayer es la más numerosa en lo que va de año y la tercera de 2015, en el que la presión migratoria continúa siendo intensa, con avistamientos y acercamientos a la valla que tienen lugar casi a diario.
Así ocurrió a lo largo de toda la madrugada del lunes al martes. Sobre las 2:00 horas, el servicio de vigilancia de la Guardia Civil detectó a un grupo formado por unas 400 personas, que se acercaba al perímetro por la zona de Villa Pilar, muy próxima al aeropuerto.
El grupo fue controlado por las autoridades marroquíes, en colaboración con los agentes de la Guardia Civil, pero consiguió dividirse para intentar nuevamente saltar por varias zonas, tal y como informó la la Delegación del Gobierno.
Por el Barrio Chino
Posteriormente, sobre las 07:00 horas, un grupo de 200 consiguió acercarse a la valla por la zona del puesto fronterizo del Barrio Chino y lograron entrar a Melilla 40 de ellos, mientras que otros 17 quedaron subidos a la verja.
Esta zona es habitual en las últimas tentativas, debido a que la ubicación de unas viviendas junto al perímetro, en territorio marroquí, ayuda a los inmigrantes a esconderse y pasar desapercibidos a las cámaras de seguridad, incluso al helicóptero del Instituto Armado.
Todos los encaramados fueron descendiendo de la valla por su propio pie, algunos de ellos tras permanecer más de seis horas subidos a una altura de unos seis metros, donde la sensación térmica es más baja que la temperatura ambiental.
Como es habitual, conforme descendieron los subsaharianos, fueron puestos a disposición de las autoridades marroquíes, que se han hecho cargo de ellos, así como de los que fueron detenidos tras no poder llegar a la verja.
Previamente, la Guardia Civil les había proporcionado algo de comida, bocadillos que les había hecho llegar un agente subido a una escalera y que han compartido en lo alto de la valla.
La Delegación del Gobierno reiteró ayer su apoyo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, sobre todo a la Guardia Civil, ante la “intensa” presión migratoria que vive Melilla.
El delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, insistió en la necesidad de no admitir que los “asaltos masivos y a la fuerza” sean una constante en las fronteras de España, sobre todo “por el bien de los inmigrantes”.
El salto de ayer era en parte previsible, tras el anuncio realizado el martes por el Gobierno marroquí de que se van a desmantelar los campamentos próximos a Melilla y Ceuta, en los que los inmigrantes subsaharianos esperan para acceder a España