La película ‘Le Havre’ cerró ayer las proyecciones de las jornadas de la UNED.
El centro permanente de la UNED de Melilla acogió ayer la última proyección de las jornadas ‘La Frontera y el deseo. Nuevas miradas de la emigración’ que se han desarrollado durante esta semana. El director de cine Moisés Salama, uno de los organizadores del evento, fue el encargado de presentar la película ‘Le Havre’, de Kaurismaki. Salama explicó que este film, ambientado en Francia, muestra un retrato amable y en clave de humor del fenómeno de la inmigración. Así, señaló que aunque esta historia, la de un bohemio francés, que pasados los años vive de forma tranquila como limpiabotas, hasta que se cruza con un inmigrante ilegal que trata de llegar al Reino Unido para reunirse con su madre, podría contarse en un tono dramático, pero el director demuestra que el humor también puede utilizarse cuando se trata de estas temáticas. Salama aprovechó su intervención, la última después de cuatro días de jornadas, para hacer una reflexión sobre algunos de los temas que se han tratado en las conferencias. Así, el director analizó la evolución que ha tenido el cine español a la hora de reflejar el fenómeno de la inmigración. El melillense apuntó que los cambios políticos en nuestro país han marcado de forma importante la imagen de los inmigrantes. “Se pasó de un inmigrante al que siempre se relacionaba con la delincuencia o el narcotráfico a uno que se adapta a la realidad del país al que llega”, apuntó. Salama indicó, no obstante, como ya hizo el primer día el director egipcio Basel Ramsis, que en España la recreación del fenómeno de la inmigración en el cine está todavía atrasada respecto a otros países europeos. El experto justificó esto con la propia evolución social y política de nuestro país y apuntó que este fenómeno está mucho más arragiado en lugares como el Reino Unido o Francia, y esto, entre otras cosas, provoca que la visión que se da de él sea distinta. No obstante, Salama señaló que se ha conseguido dar un paso más al lograr que el inmigrante ya no sólo sea un sujeto que aparece como un personaje, más o menos activo, en el film, a que esté detrás de la cámara y de su propia visión de este fenómeno. Aunque aún queda mucho por avanzar, el director apuntó que el cine sobre inmigración que se hace desde nuestro país ha evolucionado positivamente en los últimos años. Por último Salama se refirió a los distintos tratamientos que se pueden hacer en una película de la inmigración, desde una perspectiva de comedia a un cine más comprometido que roza el documental.