Economía, Empleo y Turismo

Rutas, historia y gastronomía para los cruceristas del barco World Navigator

El barco World Navigator ha dejado este sábado a alrededor de 180 turistas, además de a cerca de 160 tripulantes -la mayoría de ellos, el 80 por ciento según algunas versiones, estadounidenses-, en Melilla, donde han disfrutado de un día de paseos por la ciudad antes de retornar al barco alrededor de las seis de la tarde.

Quien así lo ha querido ha tomado parte en alguna las tres excursiones coordinadas por Ilefonso Menéndez, presidente de la Asociación de Agencias de Viajes de Melilla. Una de ellas era por Melilla la Vieja, otra por el centro modernista y la última llevaba a los interesados hasta el Dique Sur.

No eran demasiados cruceristas en comparación con otras ocasiones. Sin ir más lejos, el mes pasado, Melilla recibió al buque Renaissance, con más de 1.100 pasajeros a bordo y al Sirena, con más de 650 tripulantes.

 

Así las cosas, entre las rutas organizadas y el escaso número de turistas, las calles no se han visto tan llenas de color como en anteriores veces. En cualquier caso, sí se observaba a algunos por las calles. La mayoría eran estadounidenses, si bien también se podía ver a ciudadanos de nacionalidad británica y canadiense.

Una pareja que no había seguido ninguna de las rutas ofrecidas eran David y Alex, quienes, alrededor de las diez de la mañana, ya se encontraban en la feria ‘outlet’ de la calle O’Donnell echando un vistazo. Bueno, en realidad era ella quien estaba interesada, porque a él, lo que le interesaba sobre todo era la parte histórica. Por ello, ya habían visitado a tan tempranas horas Melilla la Vieja.

Las tres rutas, la última de las cuales acababa a las tres de la tarde, ha apartado a los visitantes del centro de la ciudad, pero a los que sí estaban en la zona era sencillo reconocerlos. Tal era el caso de Keith y Lorraine, una pareja de canadienses que viven en Dublín (Irlanda) y que han asegurado estar viviendo “una bonita experiencia”. Por cierto, que ambos han alabado la amabilidad del personal del autobús y la mucha información que se les había proporcionado.

Ellos descartaban participar en alguna de las excursiones y el problema lo tenían en que él quería ver historia básicamente y ella, en principio, comprar algunos artículos para sus familiares y amigos. Lo que quería ella –comprar los regalos- era precisamente lo primero que iban a hacer antes de emprender camino a Melilla la Vieja, por lo que finalmente han conseguido compaginar los intereses de ambos.

El Pueblo ha sido, como de costumbre, uno de los lugares por los que más preguntaban y más han visitado. Bradley, de Georgia (Estados Unidos), ha contado, a las puertas del Museo de Las Peñuelas, que iba acompañado por otras 11 personas, pero en aquel momento se habían separado.

Allí dentro estaban ya Bob y Joanne, del estado de Arizona, quienes también habían rehusado formar parte de las excursiones y tampoco buscaban nada en particular. Esta pareja se mostró muy sorprendida de que Melilla perteneciera a España, algo que desconocían hasta que, para su asombro, vieron que efectivamente así era.

Algo similar les sucedía a los californianos Troy y Margaret, quienes, extrañados, han preguntado “estamos en África, ¿verdad?”. Ella ha señalado que tenía la intención de probar la comida marroquí.

También dentro del museo, Terry, de Missouri, ha confirmado que se lo estaba pasando muy bien en Melilla. Lamentablemente, no podía entender las indicaciones de cada vitrina del museo, porque no están traducidas al inglés, lo cual lo ha dejado un tanto cabizbajo. Al salir de allí, su intención era dirigirse al centro de la ciudad, tomarse un cóctel y luego comer algo antes de regresar al barco.

Otra pareja que se encontraba en el museo era la formada por Larry y Melanie, ambos de Florida, quienes ya habían estado en el Parque Hernández y, tras el museo, iban a visitar la zona modernista de Melilla. “Muy bonita” han dicho que les parecía la ciudad, y después, tras percatarse de la camiseta de este redactor, han comentado que los Eagles –el grupo autor de la famosa canción ‘Hotel California’- habían emprendido su gira de despedida y que era una lástima que se fueran a retirar.

Pese a este trasiego en Las Peñuelas, las dos chicas que estaban tras el mostrador se han extrañado de que “no había mucho movimiento”. No sabían que eran sólo 180 personas ni que se habían organizado excursiones en otras zonas. En cualquier caso, han comentado que, como sucede siempre que viene un crucero a Melilla, los museos abrían en horario ininterrumpido desde las nueve de la mañana hasta las ocho de la tarde.

En ese momento han entrado otros dos turistas. Eran Mark y Sylvia, provenientes de Atlanta. Él ha aprovechado para hablar acerca de su interés por todo lo militar. “¿Tuvo algo que ver Melilla en la II Guerra Mundial?”, ha preguntado. Su interés por el ejército residía en el hecho de que su abuelo había combatido por los Estados Unidos entonces y buscaba información sobre ese episodio. No cabía duda de que, tras Las Peñuelas, ambos se dirigirían al Museo Militar.

Al salir del museo y subir a la plaza Pedro de Estopiñán, ahí estaban Bob y Joanne disfrutando de las vistas hacia la ciudad. Por cierto, ella ha comentado que estaba “impresionada” por la belleza de la zona y de los museos que habían visitado y ha preguntado, no sin cierta envidia, si en todas esas casas de alrededor vivía gente. Al escuchar una respuesta afirmativa, su admiración ha subido de tono.

Una vez abajo, en la Plaza de las Culturas, la mayoría de las 12 personas que acompañaban a Bradley se habían juntado en el bar Navona. Justamente habían pedido unas cervezas bien frías y unos cuantos bocadillitos para probar comida española.

Mientras tanto, sentados en un banco de la plaza Menéndez Pelayo, desde Phoenix, Paul y Ann. A ambos les parecía Melilla “extremadamente bella” y tenían la firma intención de ver por su cuenta todo cuanto fuera posible. Eso sí, han sacado un rato para charlar sobre baloncesto, con una conversación centrada en gran parte en Los Ángeles Lakers y Kobe Bryant y Pau y Marc Gasol, más en concreto. Ninguno de los dos había oído hablar antes de la ciudad autónoma y se han sorprendido por la cantidad de musulmanes que aquí viven, porcentualmente hablando. Se les han iluminado los ojos cuando han oído hablar de la magnífica convivencia que entre religiones se da en esta ciudad.

Octavo crucero

Este crucero comenzó en Niza (Francia) y, tras pasar por Barcelona y Málaga, ha desembarcado hoy en la ciudad autónoma, de donde por la tarde regresará a la Costa del Sol, fin del trayecto después de algo más de una semana de viaje.

El buque World Navigator es el octavo crucero que llega a la ciudad autónoma en lo que llevamos de año. Además, se espera que vengan otros seis en lo que queda de 2023. Por otro lado, este crucero ya vino a Melilla el pasado mes de mayo, entonces con casi doscientos turistas a bordo.

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