Ronda confía en que las obras del centro estén concluidas en marzo

Las obras que llevan meses realizándose en el centro de Melilla se habrán acabado a mediados o finales de marzo, o eso es lo que espera, al menos, el consejero de Medio Ambiente y Naturaleza, José Ronda.

Lo dice, eso sí, “con mucha precaución y cruzando los dedos”, pero es optimista en ese aspecto.

Las obras en General Marina están ya cerca de su fin y en el Rastro se está concluyendo la primera fase, tanto en García Cabrelles como en Margallo.

Detalla el consejero que, tras abrir la conexión entre García Cabrelles y la parte de detrás de la Mezquita Central, “en breve”, tan pronto como la Consejería de Seguridad Ciudadana, que dirige Daniel Ventura, dé el visto bueno, los vehículos podrán empezar a circular por ahí.

La plazoleta del rastro va “muy avanzada también”, señala Ronda, quien confía en cumplir con los plazos previstos.

La idea, pues, reitera el consejero, es llegar en marzo a la rotonda donde se encuentra la gasolinera, o, al menos, quedarse muy cerca.

Progresos

Además, ya han terminado los trabajos en la calle Comisario Valero y el enganche con la calle Gran Capitán se acometerá un poco más adelante, cuando esté más avanzada la obra en la calle Margallo, donde, por ahora, solamente se tiene hecha la primera fase y falta aún enlazarla con García Cabrelles en la rotonda. El consejero piensa que se llegará antes por García Cabrelles y que luego se acabará con Margallo.

En cuanto a la calle General Marina, la obra ya ha llegado a la altura de General Pareja, por lo que únicamente resta la última fase, hasta la sede de la Comandancia General de Melilla. En este caso, también espera el consejero que se haya terminado en marzo.

“Algunos problemas técnicos”

Todas estas obras fueron planificadas por el anterior Gobierno autonómico y el consejero reconoce que al actual equipo le ha surgido “algunos problemas técnicos sobrevenidos” con la red telefónica, las arquetas o las tuberías de impulsión.

Ello ha podido ocasionar retrasos de varios meses como el de la calle García Cabrelles en unas obras que están financiadas por fondos europeos.

Pese a todo, según Ronda, las modificaciones presupuestarias que se han realizado han sido “relativamente mínimas y dentro de los márgenes normales”.

Cabe recordar que la obra de la calle Margallo fue adjudicada a Estrada y la de García Cabrelles, a una UTE en la que participa Promeco.

Casi tres años

La reordenación del Rastro dio sus primeros pasos en febrero de 2021, cuando salió a licitación el contrato de asistencia técnica a la redacción del proyecto de obras de nueva ordenación de la calle García Cabrelles. Fue por esa calle por donde comenzaron unos trabajos con los que el anterior Ejecutivo pretendía “cambiar la fisonomía” de la zona”. Así lo informó el entonces consejero de Medio Ambiente y Sostenibilidad, Hassan Mohatar, quien señaló que las obras en la zona se harían por fases y que arrancarían con la calle García Cabrelles, dejando para el siguiente las labores en la calle Gran Capitán.

Los trabajos, sin embargo, están tardando más de lo esperado por algunos comerciantes, quienes en enero recogieron más de 50 firmas para pedir que se agilizaran las obras. Anteriormente ya habían realizado movilizaciones en protesta por el daño económico que estaban sufriendo.

Las obras en la calle Margallo ya comenzaron con el Partido Popular (PP) en el Gobierno de la Ciudad después de las elecciones autonómicas y locales del día 28 de mayo de 2023.

Esta es, por tanto, la obra a la que aún le queda más tiempo para terminar. En un principio, el entonces consejero de Medio Ambiente y Naturaleza –hoy presidente de la Autoridad Portuaria–, Manuel Ángel Quevedo, anunció que se acometería en cinco fases con una duración máxima de cuatro meses cada una y tan sólo está concluyéndose la primera.

No se podía aplazar la actuación para no perder los tres millones que estaban destinados desde los fondos europeos.

Los comerciantes del Rastro llevan meses, por lo tanto, en la calle García Cabrelles, cuya primera parte ya estaba terminada.

Los dos primeros meses se avanzó rápido en la calle Margallo y los comerciantes incluso pensaban que la primera fase podía estar concluida para Navidad, pero, a partir de entonces, sufrieron una ralentización. Poco antes del comienzo de las fiestas, también los comerciantes de la calle Margallo estaban exigiendo una indemnización por parte de la Ciudad Autónoma.

Con las obras, sin circulación de coches y con escasa visibilidad, son pocos los ciudadanos que se adentran en la calle Margallo, lo que está perjudicando los intereses de los pocos tenderos que allí ya quedan.

Por lo que respecta a la calle General Marina, su comienzo se pospuso un poco, hasta después de la Semana Santa del año pasado. La intención era no perjudicar a los comerciantes en esas fechas. Sin embargo, poco después ya estaban quejándose los vecinos y , en diciembre, también los comerciantes se quejaron a El Faro por la tardanza en unas obras que tampoco consideraban necesarias.

Según comentaron, estas obras representan una clara molestia, pues los ruidos y suciedad también han venido acompañados de una pérdida de clientes con una consiguiente bajada en las ventas.