¿Hay algo mejor que pasar el día bajo la sombra de los árboles, rodeados de la familia y los amigos y con bocadillito de salchichas o un trocito de tortilla de patata y una bebida fría en las manos? Pues para muchos estos es el paraíso y no hace falta irse muy lejos para vivir esta experiencia. La romería de la Virgen del Rocío de este año ha supuesto para muchos melillenses volver a la infancia y recordar cuando todo el pueblo subía a los pinos a acampar y a vivir una noche de adoración a la Virgen.
Se ha recuperado la tradición y con ella los jóvenes se están animando a perpetuar el camino de peregrinación que desde hace años se hace en Melilla para honrar a la Blanca Paloma.
Los melillenses que se quedaron en la noche del sábado entre los pinos aseguran que disfrutaron mucho de la noche aunque no pudieron dormir. Pero, en realidad, eso era lo de menos.
Para los que llegaron por la mañana del domingo, hay quien aseguró que este año había menos gente que en otras romerías y quien indicó que se notaba más ambiente porque las asociaciones e instituciones se habían animado a participar.
El hermano mayor de la Cofradía del Cautivo y del Rocío, Gregorio Castillo, aseguró que han disfrutado mucho del nuevo formato de la romería dedicada a la Blanca Paloma y que coincide con el 70 aniversario de la constitución de esta hermandad.
La noche sin incidentes
Afirmó que este formato de salir el sábado tarde y pasar la noche entre los pinos es lo que más les gusta y como debe ser la romería. Remarcó que en la noche del sábado no hubo ningún problema ni incidente. Los melillenses pasaron la noche rodeados de familiares y amigos. Comentó que cada entidad que se animó a disfrutar de la velada en Rostrogordo hizo su propia fogata y entorno a ella se cantó y se contaron historias.
Castillo también destacó que el camino fue muy entretenido porque hubo una gran participación y se desarrolló sin problemas. Insistió en que la experiencia fue “espectacular”.
Además, mostró su satisfacción porque dentro del campamento que montó su cofradía había 70 personas. “Estamos muy contentos de ver a la juventud en convivencia sin problemas y haciendo que todos seamos una gran familia”, remarcó.
El reto para el próximo año es volver a pernoctar en los pinos. Este año se han dado acreditaciones a las personas que querían quedarse en el recinto para dormir, que estuvo vigilado. Para la siguiente romería Castillo se compromete a seguir mejorando los servicios para los romeros.
El cambio
El presidente de la Ciudad en funciones, Juan José Imbroda, aseguró que ya son muchos los años que lleva asistiendo a esta romería. Recordó que esta tradición comenzó recorriendo el camino hasta el manantial de Yasinen y años más tarde, a los pinares. Destacó que este año se ha recuperado la tradición de dormir en las carretas y entre pinares y que ha sido una buena experiencia porque había seguridad.
Asimismo, Imbroda subrayó que la tradición es tal que se ha afianzado y la romería que este año cuenta con más asociaciones.
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