Aunque gran parte de la población se ha vacunado contra el coronavirus, hay grupos de personas que se resisten a administrarse el suero contra el covid. El psicólogo Rodolfo Ramos Álvarez explica que una de las principales razones para no vacunarse es que “creen que no van a contagiarse”, pero también habla sobre la tecnología detrás de la vacuna, las teorías conspirativas y la autoconfirmación.
Basándose en encuestas y estudios elaborados en el país, Ramos Álvarez indica que cerca de un 20 por ciento cree que no se contagiará porque “piensa que se están tomando las medidas adecuadas o las medidas oportunas”.
Pero también hay otras investigaciones sobre cómo evalúa la gente el grado de autoprotección y de protección que realizan los demás, “y todos los encuestados aseguran que sí se protegen mucho y tienen muchísimo cuidado pero los demás no”.
En este sentido, agrega que esa auto percepción de eficacia sobre las medidas de control “sobre un posible contagio por parte de los demás es completamente imposible. No es posible que todo el mundo piense que lo hace bien y que todo el mundo piense que los demás lo hacen mal y, sin embargo, siguen habiendo contagios”.
Y por ello considera que “probablemente” se tenga una percepción muy falsa de la capacidad de control frente a la pandemia y hay una idea muy elevada de “lo que podemos hacer o de nuestra capacidad respecto a no contagiar”.
Y también muchas veces hay personas que se “saltan” las reglas que dicen cumplir, es decir, se baja la mascarilla por debajo de la nariz, se reúnen con muchas personas y “sin embargo pensamos estas cosas cuando nosotros las hacemos tienen una excusa y una razón, en los demás no la tienen”.
Cree que esta puede ser una de las razones para que sigan produciéndose contagios y, además, muchos no se vacunan porque creen que no se van a contagiar.
Otro de los motivos, según Ramos Álvarez, para que haya personas que no se vacunen, es la elevada sofisticación tecnológica detrás de este suero. “Es una tecnología tan avanzada, estamos hablando de una capacidad de desarrollo tecnológico aplicada a las vacunas que muchísima gente no entiende”.
El psicólogo explica con un ejemplo. Dice que cuando se usa un portátil que pesa 400 gramos, con microchips y algunos no lo comprenden porque pueden leer la huella dactilar o reconocer la cara de alguien no le preocupa a la persona. Sin embargo, cuando esa tecnología se aplica a algo que está dentro del cuerpo “todo cambia y es completamente diferente”.
Y dice que uno de los grandes problemas que haya es lo complicado que puede ser explicar “de una forma sencilla, de tal manera que la gente pueda entender la ciencia y la tecnología que hay detrás y lo segura que son”.
Asimismo señala que se está en una época donde la opinión de un experto y de un famoso “valen lo mismo”. Ahonda más en este tema y explica que puede aparecer en los medios un investigador hablando sobre la seguridad de la vacuna y si sale un famoso en el horario de mayor audiencia diciendo lo contrario “tiene el mismo valor o la capacidad de llegar a más gente por los retuit, los like. Tiene una capacidad increíble”, dice.
Y agrega que “parece que no hay ningún problema en rechazar lo obvio y lo objetivo porque siempre habrá gente que cree”.
El psicólogo menciona otra razón para que haya personas que no se quieren vacunar: la teoría de la mente conspiranoica. Ramos Álvarez explica que es “muy atractivo” para muchos.
E indica que la mente humana, por su desarrollo evolutivo –dice-, está diseñada para encontrar patrones incluso donde no los hay y lo ejemplifica con las formas que se le dan a las nubes. Basándose en ello, menciona las frases donde se busca una explicación a las cosas, “esto sucedió por alguna razón”, “o es que tenemos mala suerte”.
Por otra parte dice que el hecho de ser rebelde también resulta muy atractivo para la persona. “Así que si unes el deseo de rebeldía de muchas personas con la incapacidad para entender la tecnología que hay detrás de las vacunas y con lo atractivo que resulta el hecho de creer en la conspiración, pues te encuentras a una masa de gente predispuesta a rechazar la vacunación porque cree que está haciendo lo correcto”, explica el psicólogo Ramos Álvarez.
Además de estas razones, basadas en estudios, también puede hacer una tendencia a la autoconfirmación. “Es decir, yo no me quiero vacunar y busco la información relevante para apoyar mi punto de vista”.
Como psicólogo, Ramos Álvarez también invita a la población a que se vacune y señala que él ya se colocó la tercera dosis contra el covid.
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