Roberto Rojo: “Es triste que en nuestras ciudades tengan que existir vallas”

• El vicario de Acción Social de la Diócesis de Málaga asegura que es un mensaje propio del Cristianismo

El vicario episcopal Roberto Rojo aseguró ayer, durante la presentación del cartel y la programación de la Cofradía de la Soledad y del Cristo de la Paz, que “es triste que en nuestras ciudades y en el mundo tengan que existir vallas”. De este modo, el vicario habló por primera vez ante los medios sobre estas estructuras metálicas que se empezaron a levantar a mediados de los 90 en Melilla y Ceuta.

El vicario sorprendió con estas declaraciones cuando hablaba sobre la celebración del Triduo Pascual que abre el tiempo litúrgico de la Pascua: “Voy a seguir siendo polémico, pero es triste que en nuestras ciudades y en el mundo tengan que existir vallas. Ojalá podamos vivir en un  mundo en el que nos podamos mover libremente”, anotó.

Afirmó que “aún estamos años luz” de contar con un lugar en el que se pueda vivir en libertad, sin que “nadie decida si tenemos que estar en el lado pobre o en el lado rico”. “Tal y como dice el Papa Francisco, ojalá en algún día podamos ver eliminadas las vallas en todos los países, no sólo en Melilla, y haya igualdad y el sentir del Cristianismo nos haya hecho sensibles”, sentenció.

Diócesis de Málaga

Gabriel Leal, vicario para la Acción Caritativa y Social de la Diócesis de Málaga, explicó a El Faro que las declaraciones del vicario de Melilla son propias del mensaje del Cristianismo y que, si no las había pronunciado antes, es porque “no lo estimaba oportuno”. “Es normal que un sacerdote anhele que no se produzcan tantas tragedias por los flujos migratorios”, explicó.

“En mi vida como sacerdote no puedo permitir, por ejemplo, que  el mundo esté sumido por la pobreza”, dijo. En este sentido, aseguró que el problema está “antes que en las vallas o barreras” en los países de origen de aquellos migrantes que tratan de llegar “a toda costa” a Europa. “Todo será ineficaz mientras no se analicen y solucionen las causas de origen que provocan la expulsión de seres humanos de su país”, explicó.

A juicio de Leal, las verjas no logran frenar los flujos migratorios. Asegura que aquellas personas que no pueden entrar saltando las vallas, lo harán por otro medio: en patera, en dobles fondos de vehículos o en los bajos de un camión. Provoca, además, que se creen rutas cada vez más peligrosas”.   “La gente, cuando es perseguida y no tiene recursos, no le queda otra opción.

Para morirse de hambre en sus países, arriesgan y tratan de buscar una vida mejor en Europa ”, manifestó.

Leal pide que la Unión Europea apueste por políticas comunes para lograr una “mejor” gestión de la crisis migratoria. Considera que España “suspende” en la respuesta a la crisis mundial de desplazados. “España debería acoger a unas 16.000 personas, pero el año pasado no se llegó ni a las 1.000 ”, dijo. “Los que mejor respuesta están dando son Italia, Grecia y Alemania”, continuó.

Crisis de valores

El vicario para la Acción Caritativa y Social de la Diócesis de Málaga cree que el mundo está sufriendo “una crisis de valores” . “Se trata de un problema de civilización y de cultura. Tendríamos que hacer todo lo posible para que las familias no tengan que dejar su patria por un poco de pan”, manifestó.

Respuesta en Melilla

Bajo el  punto de vista de Leal, la acogida de migrantes en Melilla “siempre” ha sido “ejemplar”. Recordó que antes de la construcción del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) eran las parroquias las que atendían a las familias inmigrantes y le daban ropa y comida.