Iluminar el camino de la paz. Con ese deseo metafórico, se encendió en la mañana de ayer un cirio a las puertas de la iglesia del Sagrado Corazón en el marco de un emotivo acto organizado por la Mesa Interconfesional de Melilla como homenaje a las víctimas del atentado terrorista que anteayer sacudió Barcelona.
En la oración por la paz participaron representantes de las diferentes religiones que conviven en nuestra ciudad, reuniendo a miembros de las comunidades cristiana, judía e hindú, de la Comisión Islámica de Melilla, de la Asociación Musulmana y de la La Zawiya Al Alawiya.
Además, también participaron diversas autoridades, entre las que se encontraban el presidente de Melilla, Juan José Imbroda, y el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani; además de representantes de la sociedad civil y militar, y numerosos melillenses de a pie.
Imbroda, que dijo participar como un melillense más, definió como una “feliz iniciativa” la convocatoria de este acto, en el que los representantes de las culturas y de las religiones de Melilla celebraron una oración común y lanzaron “un mensaje de paz y de respeto a todos los ciudadanos”, según sus palabras.
“Un gesto como el que han realizado los representantes de diferentes religiones de la ciudad merece ser aplaudido y agradecido”, detalló el presidente de Melilla, que reconoció que incluso se sentía algo emocionado por haber asistido a un acto “tan serio, tan profundo y tan importante”.
Fuera la polémica
Pero la estampa inmortalizada ayer a las puertas de la iglesia del Sagrado Corazón tiene aún más valor, teniendo en cuenta la polémica vivida en los últimos días en la ciudad en relación con la importación de borregos desde Marruecos y que ha enfrentado a la comunidad islámica con el Gobierno local y la Delegación del Gobierno. Así, el conflicto se dejó de lado ayer para dar un mensaje de unidad y rendir homenaje a las víctimas.
El vicario episcopal de Melilla, Roberto Rojo, se dirigió a los asistentes explicando que se encendía un cirio con el deseo de que ilumine el camino de la paz y se pueda construir un mundo en el que todos puedan rezar en paz.
Durante el acto, se lanzó un mensaje de “fraternidad” y “unidad” de todas las personas y se encendieron velas como homenaje a las víctimas y como “consuelo” para todas las personas que sufren en Barcelona a consecuencia del atentado. Tras la oración por la paz, se guardó un minuto de silencio en memoria de los fallecidos en La Rambla, roto con un sonoro aplauso.
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