Desde la madrugada pasada, las medidas que se aplicaban gracias al estado de alarma han dejado de estar en vigor, lo que sin duda supone una alivio para una ciudadanía que ya se encuentra fatigada después de más de un año luchando contra la pandemia de coronavirus. Por el contrario, la desaparición de las restricciones supone un riesgo para la salud.
Las normas que durante meses han servido de rompeolas contra la pandemia desaparecen, lo que a priori permitirá al virus una expansión mayor que hasta ahora. La restricción a la movilidad y el toque de queda han impedido durante este tiempo un tipo de contagios que se venían dando antes de su imposición y que es muy probable que volvamos a registrar en las próximas fechas.
Nos encontramos ante un reto formidable como sociedad, si queremos que Melilla logre superar la cuarta ola de la pandemia, cuya curva de contagios aún no hemos logrado doblegar, es preciso que todos seamos conscientes de la situación de extremo riesgo en la que nos encontramos y que la ausencia de normas oficiales no es óbice para que nos comportemos de forma temeraria. Es ahora cuando es preciso ser más responsables que nunca, hemos quitado los ruedines a la bicicleta y tenemos que seguir pedaleando pero sin su ayuda. Disfrutemos de las libertades recuperadas pero con responsabilidad
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