El 1 de julio de 2012, la selección española de fútbol logró lo que ningún otro país había conseguido: encadenar de forma consecutiva una Eurocopa, un Mundial y volver a coronarse reina del Viejo Continente. La ‘Roja’ lo hizo, y con gran brillantez, ante Italia, a la que derrotó por un contundente 4-0. Ayer se invirtieron los términos y fue la ‘Azzurra’ la que mostró a los nuestros, y con todo merecimiento, la puerta de salida de la Eurocopa 2016.
En ambas ocasiones, en el banquillo español se sentaba el mismo seleccionador, Vicente del Bosque, quien actualmente se encuentra por deméritos propios en el ojo del huracán.
En 2012, el técnico salmantino había ganado todo lo que cualquier entrenador ansía: un Mundial y una Eurocopa al frente del combinado nacional, trofeos que añadía a las dos Ligas de Campeones y dos campeonatos ligueros que atesoraba de cuando fue preparador del Real Madrid.
Ayer quedó demostrado que lo mejor que podría haber hecho Del Bosque es retirarse de la selección en la cumbre, justo tras el pitido final del último partido de la Eurocopa de Polonia y Ucrania, en el que los Casillas, Xavi, Iniesta, Alonso, Busquets y compañía barrieron del campo a los italianos. Pero no lo hizo, y ahora se están pagando las consecuencias de ese error.
Toda trayectoria ganadora tiene un ciclo determinado y, tras el éxito de 2012, se imponía una renovación. Varios de los héroes que conquistaron el Mundial 2010 o la Eurocopa 2008 superaban con creces la treintena y se encontraban en el crepúsculo de sus carreras. Sin embargo, Del Bosque prefirió continuar con la misma base del equipo.
El primer resultado fue el descalabro de Brasil 2014, en el que España ni siquiera superó la primera fase. Todo ello con el ridículo añadido de la debacle por 1-5 ante Holanda, el mismo adversario ante el que nos habíamos proclamado campeones mundiales cuatro años atrás en Johanesburgo.
Aunque todo indicaba que Del Bosque dimitiría, prefirió mantenerse en un banquillo que pedía a gritos un nuevo inquilino. Su siguiente parada llegó con el 2-0 que Italia le endosó ayer, sin ningún paliativo, a la ‘Roja’. Los nuestros no fueron capaces de inquietar en ningún momento a los ‘azzurri’, que se ganaron por derecho propio su plaza en cuartos.
Del Bosque demostró ser un hombre sensato cuando supo aprovechar el legado que Luis Aragonés le dejó en 2008. Con la base del conjunto que había ganado la Eurocopa en Austria, siguió adelante y conquistó el mundo. Ahora, es momento de que vuelva a mostrar sensatez y abandone un cargo para el que ya no está capacitado.