El consejero de Seguridad Ciudadana, Daniel Ventura, ha asegurado que el Gobierno elaborará un reglamento para el uso de barbacoas o anafres en las terrazas de los locales de hostelería de la ciudad y eso es una buena noticia porque rectificar es de sabios. Prohibir ese tipo de actividad en nuestros bares era cargarse de un plumazo algo muy nuestro, muy melillense, lo típico que podíamos ofrecer a los visitantes y por eso resulta tan positivo que se haya cambiado de opinión.
Cierto es que tampoco se puede hacer un uso indiscriminado de los anafres, pero de ahí a prohibirlos hay un margen de maniobra importante. Se suele decir que las cosas no pueden ser blancas o negras, que tenemos espacio para todas las gamas de grises y es verdad. Lo suyo es reglamentar el uso de las barbacoas y que todo el mundo cumpla las normas que se establezcan.
Eso sí es justo a la par que plausible. No podíamos quedarnos sin parte de nuestra propia cultura. Decíamos hace unas semanas, cuando se conoció la intención de prohibir esos artilugios, que quién era el melillense que no había llevado a la visita peninsular a comer unos pinchos al carbón en los muchos locales maravillosos que ofrecen semejante delicia.
Es así, esos pinchos morunos, que se huelen desde lejos y abren el apetito, junto con el té y los churros forman parte de nuestra seña de identidad y se deben respetar convenientemente. Así que buena cosa es que el Gobierno haya reaccionado a tiempo y quiera regular el sector.
Mientras, la ciudad recibe hoy la visita del vicepresidente de la Diputación de Málaga, Manuel Marmolejo, y del gerente Turismo Costa del Sol, Antonio Díez. Ambos tienen previsto mantener una reunión de trabajo con el consejero del ramo, Miguel Marín, toda vez que ya han tenido contactos recientemente en la capital malagueña. Estos representantes procedentes de Málaga también tendrán un encuentro con el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda.
Es evidente que se siguen dando pasos adelante en el tema turístico. Miguel Marín tendrá ocasión de mostrar a Marmolejo y Díez los atractivos que tiene Melilla y el potencial que encierran sus rutas, sus murallas, su gastronomía, su gente, su climatología y un largo etcétera que seguramente sabrán captar de la mano del consejero popular.
Y no hay que olvidar tampoco que hoy se celebra el Día Mundial de la Diabetes, una enfermedad cada vez más extendida, que afecta a un 20% de la población local y que aún no tiene cura. Se trata de concienciar sobre los efectos de la patología y de hacer recomendaciones para impedir su desarrollo, como una vida sana de dieta mediterránea y ejercicio físico.
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