Editorial

Relevo generacional, un buen dato

La presentación del cartel anunciador de los cultos en honor de la Patrona Coronada de Melilla, Nuestra Señora de la Victoria, ha puesto de manifiesto un interesante movimiento dentro del mundo cofrade de la ciudad: los jóvenes empiezan a tomar el relevo y se convierten así en los nuevos depositarios de la tradición cristiana que, en muchos casos, les viene de sus abuelos.

Ya hace menos de un mes pudimos ver un ejemplo de la implicación de los jóvenes en estas costumbres. Se celebraba el Xacobeo de la Juventud, de ámbito internacional, y estos melillenses, en su mayoría de la Cofradía del Cristo de la Paz y Nuestra Señora de la Soledad, participaron en la actividad creando una maravillosa alfombra de serrín tintado en la Plaza Menéndez Pelayo, junto al Sagrado Corazón.

Hace unos años que los jóvenes empiezan a incorporarse a la labor cofrade y que participan activamente de la Semana Santa junto con sus juntas de gobierno. Lo destacaba así el vicario episcopal de Melilla, Eduardo Resa, quien se refería a ellos como “savia fresca” y como una forma de dar lozanía a la fe cristiana.

Y es cierto que en la última Semana Santa, la primera tras la pandemia, se pudo a ver a muchos jóvenes bajo los pasos, en las agrupaciones musicales, como simples penitentes. Tener tanta juventud implicada en la tradición es una garantía para la continuidad de las costumbres y eso siempre es un dato positivo. Ojalá lo veamos de nuevo durante los actos de la novena. Mientras haya relevo, hay esperanza.

Por eso sería muy interesante que la juventud melillense se comprometa con todas nuestras tradiciones y una de ellas es la Feria, que se celebrará este año entre el 3 y el 11 de septiembre, para que no decaiga, no languidezca, que siga adelante con energía. Hay que vestirse de faralaes, pasear el Real de la Feria, acudir a las casetas y disfrutar de la fiesta.

El relevo generacional siempre será positivo y bien acogido en cualquier orden de la vida y si es también en el ámbito asociacionista, tanto mejor. Hace unos meses nos lo decía el presidente de la Casa de Ceuta en Melilla, Ramón de la Cruz, que achacaba la intensa actividad de esta entidad precisamente a la participación de los jóvenes.

Es muy gratificante comprobar que la juventud ya está pidiendo paso, que hay compromiso, que las tradiciones, sean las que sean, pueden estar salvaguardadas y que hay futuro para nuestras costumbres y usos culturales.

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