Regulares participa en Misiones de Paz de la OTAN y de EUFOR

Hoy se cumplen cien años de su creación, “cien años de orgullo, honor y grandeza; cien años de permanente disponibilidad para lo que se les demande. En resumen, cien años de servicio a España. En esta cuarta y última entrega sobre la historia de Regulares, donde llegamos hasta la actualidad, queremos reseñar que, precisamente hoy día 30 de junio, se celebra el primer centenario de la creación de las Fuerzas Regulares.
Hemos querido con esta serie de artículos homenajear a los miles de hombres y mujeres, españoles o extranjeros, que unidos bajo una sola Bandera, la de España, lo dieron todo por ella y, en muchos casos hasta lo más preciado como es la propia vida. Gracias a todos ellos y larga vida a los Grupos de Regulares.

Repliegue a Ceuta y Melilla de las unidades de Regulares (1956-1961)

Aunque el Protectorado de Marruecos como tal, terminó en 1956, el repliegue de las unidades finalizó en el año 1961. Todos los Grupos de Regulares se replegaron sobre las ciudades de Ceuta y Melilla, cada uno compuesto de tres tabores de infantería y un tabor de especialidades.
En 1956, con motivo de la independencia de Marruecos, la mayor parte de los indígenas abandonan nuestro Ejército para pasar a formar parte de las Fuerzas Armadas Reales del vecino país.
En 1957 se suprimen los dos Grupos de Caballería y los Grupos de Infantería tienen las siguientes vicisitudes: Larache nº 4 se fusiona con el Grupo de Ceuta; Arcila nº 6 lo hace igualmente con el de Tetuán; el de Llano Amarillo nº 7 con el de Melilla y el Rif nº  8 con el de Alhucemas. Quedando de este modo, tras la independencia de Marruecos, los Grupos 1 y 3 en la ciudad hermana de Ceuta y el 2 y 5 en la ciudad de Melilla.
Tábor de maniobra en  Sidi Ifni (1959-1960)

Entre el 12 de junio de 1959 y el 17 de junio de 1960, un Tabor de Maniobra de Regulares de Ceuta nº 3 fue enviado a Ifni, conviviendo con el Grupo de Tiradores de Ifni nº 1, en los llamados elementos de resistencia, que tras el final del conflicto de 1957-58 servían de cinturón defensivo a la capital Sidi-Ifni.
Este Tabor de Maniobra se creó con personal voluntario del Grupo de Regulares de Ceuta nº 3 que se trasladaron al Centro de Instrucción de Reclutas de Cerro Muriano en Córdoba, donde tras un periodo de instrucción y concentración, completadas ya las distintas unidades con personal de nueva incorporación, partieron el 9 de Junio de 1959 desde el puerto de Algeciras en el barco “Virgen de África” hacia Ifni. Al mando de esta fuerza de Regulares estaba el comandante D. Pedro Urreta Aguirre, un prestigioso jefe condecorado con la Medalla Militar Individual.

Últimas reorganizaciones y denominaciones (1985–2000)

En 1985 con motivo del denominado Plan META (reorganización del Ejército Español), los Grupos de Ceuta nº 3 y Alhucemas nº 5 se disuelven, mientras que los Grupos de Tetuán nº 1 y Melilla nº 2 cambian de denominación pasando éstos a llamarse Regimientos de Infantería Motorizados “Regulares de Ceuta nº 54” y “Regulares de Melilla nº 52” respectivamente, y con sus Batallones (dejan de llamarse Tábores) denominados “Tetuán” y “Larache” en el primero, y “Rif” y “Alhucemas” en el segundo como homenaje a los Grupos desaparecidos. Los gloriosos historiales de estos Grupos pasan a custodiarse en los Grupos que permanecen.
En septiembre de 1986, se incluye la palabra “Fuerzas” en la denominación de ambos, continuando como Regimientos de Infantería Motorizados con  la denominación de “Fuerzas Regulares de Ceuta nº 54” y “Fuerzas Regulares de Melilla nº 52”.
En 1996, en virtud del Plan NORTE (nueva reorganización del Ejército), pasan sendos Regimientos a denominarse “Regimiento de Infantería Ligera Regulares de Ceuta nº 54” y “Regimiento de Infantería Ligera Regulares de Melilla nº 52”.
Por último, la llegada del siglo XXI trajo a los Regulares importantes cambios como la recuperación del nombre original de Grupo, pasando estos a denominarse desde el 7 de febrero de 2000 como “Grupo de Regulares de Ceuta nº 54” y “Grupo de Regulares de Melilla nº 52” y volviendo así mismo sus Batallones a cambiar el nombre por el tan característico de Tábores.

Misiones de Paz

Componentes de Regulares han participado de forma individual encuadrados en diversa organizaciones en las misiones en el extranjero en las cuales hay o ha habido participación de nuestro Ejército, pero la oportunidad de participar en misiones de paz como una unidad orgánica, le llega al Grupo de Regulares de Melilla en el año 2002, cuando la 1ª Compañía “Capitán Tassara”, perteneciente al Tabor “Alhucemas” del citado Grupo se integra en la “Agrupación Galicia” para tomar parte en las Misiones de Paz de la OTAN, en la Zona de Kosovo, desplegando en dicha Zona desde el 18 de marzo de 2002 al 19 de septiembre de 2002. Durante la misión desempeña los cometidos que le son encomendados en su zona de despliegue con gran brillantez. Dicha compañía estaba compuesta por 4 Oficiales, 10 Suboficiales y 91 de Tropa.
En el año 2006  la  Compañía de Mando y Apoyo, del Tabor “Alhucemas” del Grupo de Regulares de Melilla nº 52, se integra en la “Agrupación Melilla” para tomar parte en las Misiones de Paz de EUFOR, en la Zona de Bosnia i Herzegovina, desplegando en la misma desde el 02 de mayo de 2006 al  12 de septiembre de 2006. Dicha Compañía estaba compuesta por 4 Oficiales, 12 Suboficiales y 89 de Tropa.

El futuro de Regulares

Los Grupos de Regulares, como unidades de Infantería ligera que son, combaten por lo general a pie, aunque se desplazan haciendo uso de cualquier medio desde el que podrán combatir. De ahí que la instrucción individual se enfatice en la preparación física, buscando un adecuado nivel de resistencia, endurecimiento, agilidad y fuerza.
El soldado regular del siglo XXI sigue siendo un soldado duro, resistente y ágil. Continúa trabajando cada día para ser en todo momento el soldado que España necesita, con ese modo de actuación  peculiar de la milicia, que constituye la seña de identidad del  oficio de soldado: con disciplina, que hace que los regulares sigan cohesionados como antaño, con espíritu de sacrificio, compañerismo, lealtad, austeridad… en suma, dando más importancia a los valores morales que a los materiales, mediante el ejercicio diario de estas virtudes, necesarias en cualquier militar, independientemente de su graduación, y superando las dificultades que surgen en el camino diario, los regulares continúan con la moral alta, vital para aceptar y cumplir lo que el mando les encomiende.
Los Grupos de Fuerzas Regulares Indígenas fueron un ejemplo de creación de un ejército profesional en otra época y con otra misión. El propósito que originó su creación se cumplió sin lugar a dudas y lo corroboran las condecoraciones obtenidas por estas fuerzas: 18 Cruces Laureadas de San Fernando (colectivas), 61 Medallas Militares (colectivas), 55 Cruces Laureadas de San Fernando (individuales) y 208 Medallas Militares (individuales). Ninguna otra fuerza de nuestro Ejército puede presentar semejante palmarés.
En conclusión, podemos resumir la situación actual diciendo que el cumplimiento de sus misiones exige de éstas unidades de Infantería ligera personal cualificado, duro, resistente y disciplinado, siendo imperativo un alto grado de cohesión, que no se alcanza sin una sólida base, base que fue la esencia que caracterizó a los soldados de Regulares y que hoy en día se ha heredado y se mantiene mirando con ilusión al futuro y con la seguridad que aporta el trabajo diario realizado con entusiasmo y profesionalidad.
Hoy, día 30 de junio, se cumplen cien años desde que las Unidades de Regulares fueron creadas. Cien años de orgullo, honor y grandeza, cien años de permanente disponibilidad para lo que se les demande, en resumen, cien años de servicio a España.

Felicidades a los Regulares en su centenario.