Categorías: Sociedad

Reconocimiento a la labor social

La Ciudad aprovecha la visita de las colonias infantiles del Centro Socio-Cultural María Inmaculada al Salón Dorado de la Asamblea para agradecer su trabajo de décadas con los más desfavorecidos.

La Asamblea abrió ayer las puertas del Salón Dorado, su espacio más distinguido, a los niños que este año participan en las colonias infantiles del Centro Socio-Cultural María Inmaculada. Cumplía así con el protocolo que repite desde que  arrancó el verano con todos y cada uno de los colegios públicos o entidades privadas que lo solicitan, pero la cita de ayer tenía un cariz especial. Lo confirmó nada más tomar la palabra la consejera de Administraciones Públicas, Catalina Muriel, quien antes de ejercer de guía improvisada quiso agradecer “en nombre del presidente de  la Ciudad, la desinteresada labor que las hermanas realizan a diario por los más desfavorecidos”. Era el reconocimiento institucional al trabajo silencioso que las religiosas, respaldadas por Cáritas, desempeñan a lo largo del año desde sus instalaciones en el Monte María Cristina en favor de las familias con menos recursos, más ahora que la crisis azota en forma de necesidad extrema.
A partir de ahí, Muriel cumplió con el guión previsto en este tipo de actos. Dibujó un breve recorrido por la historia del edificio, detalló cómo las dependencias en las que se encontraban acogen ceremonias cargadas de protocolo –desde la visita de los Reyes a los matrimonios civiles o la toma de posesión de los presidentes autonómicos– y se sometió a las preguntas de su particular audiencia, desde quién construyó el edificio hasta quién diseñó la bandera española que ayer lucía entre la de Melilla y la de la UE.

Múltiples actividades
Las hermanas Isabel y Antonia, que acompañaban ayer al grupo junto a los voluntarios, han perdido este año la cuenta del número de niños que participan en las actividades que organiza el Centro Socio-Cultural María Inmaculada. “Es incontable, porque se van sumado de forma constante”, coincidían ayer durante su visita al Salón Dorado. Divididos en dos grupos, uno por quincena, las Colonias Urbanas, por ejemplo, han movilizado a entre 50 y 60 estudiantes de todas las edades, a los que se sumarían otras 35 de las guarderías. Todos participan en talleres de manualidades, informática, deportes, apoyo al estudio...
Una labor desinteresada que beneficia a los alumnos y, por extensión, a los padres. Como reconocían las religiosas, las horas en las que asumen la tarea de hacerse cargo de los pequeños suponen “un respiro para las familias, pero también para aquellos niños que en muchos casos no tienen cubiertas sus necesidades básicas”. Su misión se completa con el reparto de alimentos o la organización de cursos de alfabetización o cocina para adultos, a los que suelen visitar de forma periódica para evitar que queden desamparados.

La Comandancia abre las puertas de su piscina

Además de la Ciudad, el resto de instituciones de Melilla también ha demostrado desde hace años el respaldo a la labor social de las religiosas del Centro Socio-Cultural María Inmaculada. Y el estamento militar no es una excepción. Ese apoyo se ha puesto de manifiesto con la respuesta positiva que la Comandancia Militar ha dado a la petición que la dirección del centro tramitó para que los alumnos pudieran tener acceso a las instalaciones militares, en concreto el uso de una piscina en la que pudieran desarrollar parte de las actividades veraniegas.
Fueron las propias religiosas las que dirigieron su solicitud a la Jefatura de la Base Discontinua Melilla, exponiendo la idoneidad de sus infraestructuras para poner en práctica los talleres lúdicos-formativos del citado Centro. Las autoridades militares no dudaron en dar su aprobación, lo que se ha traducido en que los primeros grupos de alumnos de las colonias de verano hayan disfrutado ya de los chapuzones.
Una vez autorizada la solicitud por el general jefe de la Base Discontinua Melilla, la colaboración entre la Comandancia General y el centro se ha materializado en la autorización del uso durante todo el mes de julio de la piscina del acuartelamiento Capitán Arenas, siempre en un horario que no interfiere en las actividades de instrucción y adiestramiento de las distintas unidades que componen la COMGEMEL.
Las actividades previstas están dirigidas a niños y niñas con edades comprendidas entre los 7 y los 13 años, todos ellos vecinos del Monte María Cristina y colindantes. En total, la autorización de la Comandancia General para el uso de sus instalaciones beneficiará a un total de 400 niños, distribuidos en grupos de 30 al día para no saturar la capacidad de la piscina. Durante las actividades lúdicas y los talleres previstos, los alumnos estarán supervisados a lo largo de este mes por un total de 52 monitores especializados en la animación de grupos infantiles.
La Comandancia General de Melilla asegura que con este tipo de actividades trata de colaborar en el éxito de los programas de dinamización infantil organizados por las religiosas del centro Socio-Cultural.

 

 

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