Recogen firmas en Carlos de Arellano para pedir un encuentro con Marín

Los vecinos y comerciantes insisten en que no entienden en qué consiste el proyecto.

Vecinos y comerciantes de la calle Carlos Ramírez de Arellano han comenzado a recoger firmas para solicitar una reunión con la Consejería de Fomento con el fin de hablar sobre el proyecto de remodelación de la zona. Este consiste, básicamente en construir una plataforma única que deja al mismo nivel la acera y la calzada, dando mayor protagonismo a los peatones y ciclistas, en detrimento de los vehículos privados.
En la jornada de ayer, uno de los portavoces del grupo que se está encargando de la recogida de firmas señaló que los pormenores de la obra no han sido bien explicados a los vecinos, por lo que han surgido “serias dudas” de que la iniciativa vaya a ser positiva para los que viven o tienen su negocio en esta calle.
Tal y como publicó El Faro, el pasado domingo, quieren mantener una reunión con el consejero de Fomento, Miguel Marín, o con el presidente Juan José Imbroda para preguntarles qué pasará con los aparcamientos del barrio. Actualmente, se puede estacionar tanto a ambos lados de la calle como en el paseo central. Sin embargo, estas últimas plazas desaparecerán con el proyecto.
La intención del Ejecutivo es compensar su eliminación con la creación de nuevas en las intersecciones con la calle principal. Además, Marín apuntó el día que presentó el proyecto, hace exactamente una semana, que muy cerca de esta calle estarán situados los parkings de Isla Talleres y Cruz Roja, así como que los comerciantes y vecinos ganarían con esta obra, palabras que no han convencido a todos los habitantes del barrio.
Por otro lado, estos vecinos señalan que para los ciclistas lo más conveniente sería un carril desde la plaza de España hasta el Dique Sur y poner en dicho trayecto aparcamientos para estos vehículos.
Los habitantes del barrio recogerán firmas hasta este viernes, según el portavoz con el que habló ayer El Faro. En el caso de los comercios, se incluirá el sello de cada una de las empresas para probar que se adhieren a la petición de que haya una reunión con el Gobierno local. Hasta la fecha, dicen, nadie del Ejecutivo se ha puesto en contacto con ellos para tratar el asunto, mientras que en el caso del proyecto de El Real, muy similar al de Carlos de Arellano, sí se consultó a los vecinos de la barriada antes de redactar la iniciativa.
“Consideramos que la obra no fue bien explicada el día de su presentación. No sabemos si la eliminación de estacionamientos será buena para las tiendas del lugar o si causará muchos quebraderos de cabeza a los vecinos para aparcar cerca de casa. Por eso queremos reunirnos con Marín y que, en compañía de un técnico, nos lo explique”, añadió

Peatones y ciclistas
Según informó el pasado miércoles Marín, el proyecto comprende la creación de una plataforma única en el sector que abarca desde la intersección con Reyes Católicos hasta la entrada del Parque Hernández. Será ‘zona 30’ para los conductores, que no podrán  sobrepasar esa velocidad. Los más beneficiados serán los ciclistas y los peatones.
La obra saldrá a contratación con un precio inicial de 769.600 euros, aproximadamente, y un plazo de ejecución de cinco meses. Se espera que los trabajos hayan concluido a comienzos del próximo año, según los cálculos de Marín. Se actuará en una superficie total de 8.275 metros cuadrados, de los cuales unos 5.092 serán para la plataforma única que integrará carretera y acera.  La obra de Carlos de Arellano se asemeja bastante a la de El Real, que costará unos 2,1 millones de euros. Ya anunció la semana pasada Miguel Marín que dicho proyecto sería el modelo en el que se basarían las futuras remodelaciones.
No obstante, hay que aclarar que para la obra de El Real el Ejecutivo se reunió con los vecinos y tomó buena nota de sus sugerencias, algo que parece que no ha ocurrido con el proyecto de Carlos de Arellano. Habrá que esperar para ver si el consejero de Fomento decide reunirse con los habitantes de esta barriada para conocer su opinión sobre la obra y tener en consideración sus sugerencias.