Era de prever que el Gobierno local reaccionara como lo ha hecho, con cautela pero con contundencia también y que al par haya decidido apoyarse en la representación parlamentaria de Melilla en las Cortes Generales. Y es que el Ejecutivo de Zapatero debe explicar cómo se va a subvencionar a una asociación marroquí que entre sus actividades incluye el activismo en contra de la soberanía española de Ceuta y Melilla.
El portavoz del Gobierno Imbroda, Daniel Conesa, estuvo prudente. No obstante, también estuvo acertado cuando señaló que los socialistas deberían ocuparse más de los vivos que de los muertos, sobre todo si se tiene en cuenta que respecto de los excombatientes marroquíes de la Guerra Civil, para los que se quiere subvencionar la búsqueda de las fosas comunes donde fueron enterrados en España, existe hoy en día también un colectivo pequeño de supervivientes que cobran pensiones por esa pertenencia al Ejército español de no más de cinco euros en el mejor de los casos. Mejor sería haber reparado esa discriminación histórica que subvencionar a una entidad marroquí que además obra en contra los intereses de nuestro país.