Cultura y Tradiciones

Ramadán para los más pequeños

Desde hace unos días se vive el Ramadán en la ciudad, incluso para los más pequeños de las familias. Alrededor de las 22:30, tras la última oración del día, la del Ishaa, y antes del Tarawih, la plaza Emilio Echegaray del barrio de las Palmeras acogía este sábado las actividades de ‘Ramadán en tu barrio’, que organiza el Instituto de las Culturas de Melilla, y que ha congregado a decenas de familias y vecinos de la barriada.

Al principio de las actividades solo una decena de niños se asomaban tímidamente a los talleres que se ofrecían en la plaza de las Palmeras. Aunque el castillo hinchable ha sido el que más furor causó entre los pequeños, en cuyos toboganes saltaban y se deslizaban como si no hubiese un mañana.

Hubo actividades infantiles de todo tipo para todos los gustos. Aquellos que querían llevarse un recuerdo de la festividad, solo tenían que pasarse por los talleres de manualidades. Ahí podían hacerse una pulsera, un llavero o pintar un dibujo de la ‘hamsa’ o Mano de Fátima. O bien colorear un dibujo de felicitación del nuevo año musulmán, el ‘Eid mubarak’.

Pasado un rato, las actividades que más hicieron las delicias de los niños fueron los concursos que se desarrollaron en las tablas del teatrillo. El mítico guiñol de las obras infantiles de La Vidriera estuvo presente anoche en el Parque de las Palmeras.  Ahí, los más valientes, escogidos por el presentador, tuvieron que dejar la timidez a un lado para salir al escenario a competir. Primero a dar vueltas al ‘spinner’ y después a bailar delante de sus familiares siguiendo la guía del videojuego ‘Just Dance’ en la pantalla.

Otros que jugaron a videojuegos, fueron aquellos que no se separaron de los mandos de la Play Station durante el torneo de FIFA 19, que tuvo lugar al lado del teatro. Aunque, estos competidores, lo vivieron todo de un modo más silencioso.

En el teatro no solo hubo concursos, y es que sobre las 23:15 comenzó un pequeño teatrillo, cuya obra obra empezaba  con un turista, que cargado con un ‘selfie stick’, se perdía en Melilla y era acogido por un musulmán llamado Sufian en el mes del Ramadán, una obra que giraba en torno a esta festividad y la interculturalidad de la ciudad.

Tras la obra continuaron las actividades, y de esta manera, pudieron disfrutar en comunidad los más pequeños del barrio junto a sus padres y familiares

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