El fotógrafo afirmó ayer en declaraciones a El Faro que él no pretende con esta muestra hacer un análisis sobre el fenómeno migratorio. “Yo no soy un experto en el tema, para analizar esta cuestión hay personas más adecuadas. Lo que tengo claro es que la concertina es una herramienta perversa y que no debe estar ahí”, apuntó.
Entre las personas que han participado en este proyecto, que lleva por título 'Vallados', está la periodista Susana Griso, el presentador Maxim Huertas, el director de cine Fernando León de Aranoa o las actrices Juana Acosta y Ana Labordeta. Gaspar aseguró ayer que para todos los protagonistas de las imágenes fue impactante encontrarse con la concertina. “La reacción de la mayoría fue el silencio. Te das cuenta de que está tan bien hecha, que sólo con rozar se engancha a la piel o a la ropa. Entonces piensas en la gente que salta esa valla y se encuentra con ella”, dijo el fotógrafo.
Gaspar indicó que en ningún momento ha querido frivolizar con este tema. “Se pueden utilizar todos los medios para criticar algo como esto. Si esta exposición sirve para despertar conciencias, no sólo de la sociedad, sino también de los políticos, será bueno”, señaló.
El artista insistió en que la crítica no va en contra de ningún partido ni Gobierno concreto. “La pusieron unos, la han vuelto a colocar otros. No estoy en contra de nadie, estoy en contra de un sistema que me parece medieval”, apuntó.
El fotógrafo no ha querido mostrar sangre ni heridas en esta muestra, a pesar de que asegura de que algunos de los modelos que participaron en la exposición sufrieron algunos rasguños. “Tenía imágenes en las que alguno de los participantes había sangrado, pero preferí no usarla”, señaló.
Luis Gaspar no tenía la intención de organizar una muestra. Fue el Ateneo de Madrid, el que se puso en contacto con él, para proponerle que mostrara sus fotografías al público.
Para montar la exposición Gaspar ha estado en contacto con inmigrantes que entraron en nuestra ciudad a través de la valla. El artista ha recorrido algunos de los centros de internamiento de Madrid y allí ha charlado con algunos subsaharianos, la mayoría procedentes de Camerún, que le contaron su experiencia.“No es fácil para ellos revivir ese momento y el sufrimiento que experimentaron, pero a mí me ha servido para entender mejor la situación”, dijo.
La muestra del Ateneo de Madrid estará abierta al público hasta el próximo día 30 y se puede entrar de forma gratuita. Gaspar aseguró ayer que es consciente de que él no sufre el problema de la inmigración en sus carnes y que son los melillenses los que han visto como su ciudad se ponía en el ojo del huracán. No obstante, insistió en que lo que él pretende hacer con esta exposición no es abrir un debate sobre el fenómeno migratorio, sino denunciar que se coloquen cuchillas en una valla por la que cientos de personas intentan trepar. “Lo único que estamos defendiendo es la humanidad y la solidaridad. No se puede dar la espalda a lo que está
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