El técnico del conjunto melillense se mostró muy contento con la ciudad. Enrique Soto Molina, entrenador del Melilla FS, atendió gustosamente a El Faro para explicar la situación del equipo cuando solo restan dos jornadas para la finalización de la temporada y todavía no hay nada decidido, entre otras cosas.
–¿Cómo ve la situación del equipo en este momento?
–Ahora mismo la situación es buena. Esta semana debemos ser cautos y seguir mejorando. Creo que llevamos una linea ascendente en juego y parece, toquemos madera, que las lesiones van poco a poco desapareciendo. Debemos mantener la misma exigencia en las sesiones y salvaguardar las fuerzas de cara al próximo envite. No podemos cargarnos demasiado en cuanto a volumen debido a las alturas a las que estamos de temporada pero la intensidad tiene que mantener una línea constante, y evolutiva. Si pensamos que hemos conseguido algo, ahora que lo tenemos tan cerca, nos equivocaremos y podemos pagarlo caro.
–¿Se esperaba al principio de temporada que se iba a encontrar en esta posición en este momento o aspiraba a algo más?
–Lo dije en una entrevista anterior a este mismo medio y lo he repetido por activa y por pasiva. He oido muchas veces y a gente cercana que podríamos tener un equipo para estar más arriba. Pues bien, yo digo que la palabra "equipo" engloba mucho más que nombres o currículos. Creo que a principio de temporada hubiéramos firmado estar donde estamos ahora y viendo como ha sido de igualada la temporada y los equipos con los que hemos competido mucho más. Estamos en una buena posición pero no hemos conseguido nada..
–Restan solo dos jornadas para la finalización de la fase regular y todavía el equipo no está salvado, ¿piensa que se va a conseguir el objetivo?
–Si no pensara que fuéramos a conseguirlo me iría a mi casa ahora mismo. Lo tenemos mucho mejor que hace unos días, nosotros teníamos un rival durísimo como El Pozo y lo solventamos. Tuvimos suerte con la ayuda de Ceuta en su victoria frente a Hospitalet y las derrotas de Ibiza y Playas. Tenemos que seguir la misma línea de trabajo y ser humildes. Muchas veces lo mas difícil es cerrar la consecución de ese objetivo. Son dos partidos en los que necesitamos ganar solo uno, pero los rivales se están jugando la temporada y no nos lo van a poner nada fácil.
–¿Cuál considera que puede ser la clave para que el equipo tenga dos caras tan diferentes, una cuando juega en casa y otra cuando lo hace a domicilio?
–Ni yo lo sé. Lo hemos intentado todo. Viajando antes, después, hemos retocado las charlas, los entrenos... Creo que no hemos sabido competir fuera de casa. Hemos estado cerca en muchos partidos, con empate o ventajas en el marcador en la recta final, pero por unas cosas o por otras no hemos conseguido nada positivo. El único punto conseguido fue en Antequera. Allí íbamos ganando 0-2 y en los últimos instantes nos dieron la vuelta al partido 3-2, usamos el 5 contra 4 y empatamos cuando faltaban segundos. Esa ha sido la única vez que la suerte estuvo de cara. Valencia, Manzanares, Playas, Murcia... Han sido sitios donde llevábamos ventaja y al final se nos fue. Confío que Andorra sea el punto de inflexión, aunque será difícil.
–¿Le gustaría continuar la temporada que viene en el Melilla FS?
–Creo que no es momento para hablar de renovación. Esa pregunta debería hacérsela a la directiva. Si están contentos con mi trabajo o por el contrario quieren buscar otras alternativas. Mis gustos quedan ahora en un segundo plano. La realidad es que no estamos salvados y por tanto el objetivo aún no está cumplido. Después ya habrá tiempo.
–¿Se ha reunido con el club para hablar de su renovación?
–No he tenido ninguna reunión. Ya le digo que ahora los cinco sentidos del club y cuerpo técnico deben estar en conseguir la salvación. Ojalá sea este fin de semana y después tengamos tiempo para hablar de todo eso. Ahora solo queda pensar en Andorra.
–¿Qué es lo que más le ha gustado de Melilla?
–Tengo que reconocer que Melilla me ha sorprendido gratamente como ciudad. El miedo a lo desconocido es latente cuando tienes que decidir salir de casa y más a un sitio donde no has ido nunca. Ahora solo me quedan buenos recuerdos de aquí y solo tengo bonitas palabras sobre la ciudad. El clima, la tranquilidad...
–¿Y lo qué menos?
–Quizás el problema de Melilla sea la sensación que nos trasmite a la gente que venimos de la península. Un poco "oprimidos", no siempre puedes salir. Si hay mal tiempo, los barcos y aviones no salen, y si surge alguna emergencia en la que tengas que salir no siempre puedes. Es por decir algo, de una ciudad que me daba respeto y a la cual, si no me quedara, seguro que volveré porque hice grandísimos amigos.
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