Categorías: Sociedad

“¿Quién soy yo para juzgar a nadie? Lo que debo hacer es querer a las personas”

 Sor Adelina es voluntaria en la cárcel, donde se dedica su tiempo a escuchar a los presos

Adelina Sánchez Vela es una religiosa de Divina Infantita muy conocida por los melillenses. Lleva 26 años en la ciudad dedicando su vida a cuidar de niñas que no tienen familia. Afirma que es feliz en  Melilla y que no se iría a su Granada natal porque adora esta tierra y se siente una melillense más. Pero además de estar con las 30 niñas de la casa de acogida, dedica varios días a la semana a escuchar y a acompañar a los presos del Centro Penitenciario.
“Yo nunca les pregunto por qué están allí. Ellos lo cuentan poco a poco y muchos aseguran que no hicieron nada. ¿Quién soy yo para juzgarles y dudar de sus palabras? Lo que debo hacer es quererles y aceptarles”. De esta forma, define sor Adelina su trabajo en la prisión. Explicó ayer a El Faro que muchas veces le avisan de que el interno le está mintiendo, pero afirma que a ella le da igual porque su misión en el Centro Penitenciario es echar una mano a esos hombres y mujeres. Esta religiosa fue de las primeras en formar este grupo de voluntarios y es la más antigua de los que componentes la ONG en la actualidad.

Vinculada a Divina Infantita
La hermana estuvo interna en un colegio de Divina Infantita. Su padre murió cuanto ella tenía cinco años y por eso, su familia la llevó a este centro. Asegura que la llamada de Dios la sintió con tan sólo 15 años. Desde mucho antes le rezaba a Jesús para que un día le diera la oportunidad de sumarse a las Esclavas de la Inmaculada Niña.
Con 18 años ya estaba encargada de un centro en Madrid con 150 niñas, pero Dios la envió a Melilla unos años más tarde para que atendiera en la ciudad a las niñas más necesitadas, afirma.
Sor Adelina explica que las religiosas son las madres de estas pequeñas que no tienen nada, ni si quiera lo más importante, una familia. Por ello, en el centro intentan ser una gran familia.
Además, resalta que un trabajo como el que ella desarrolla no tiene descanso. Las religiosas de Divina Infantita no saben lo que es tener vacaciones o hacer puente. Ellas están las 24 horas del día atendiendo a las niñas y si es festivo, más trabajo para estas hermanas porque eso significa que las niñas no tienen colegio ni instituto.
Sor Adelina afirma que es feliz y que si se presenta algún problema, confía en Dios para superarlo.

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