‘Los diablillos del rock’ fue el primer nombre que les constituyó como grupo en 1966. Un año más tarde se incorporarían otros componentes sumando cinco y pasaron a llamarse ‘Los Diablos’. En 1970 logran uno de los mayores éxitos de la banda con la canción ‘Un rayo de sol’. Un himno que saben varias generaciones de españoles y que también llegó a las listas de los más vendidos en Latinoamérica. Así, en 2010 esta melodía perfecta cumplió 40 años.
Agustín Ramírez, uno de los fundadores de este mítico y querido grupo español contó a ‘El Faro’ qué van a ver los melillenses en el concierto que ofrecerán junto con Janette y Micky mañana en la Caseta Municipal de la Feria a partir de las 23:00 horas, bajo el título del espectáculo, ‘Concierto de los 70’.
– ¿Han estado alguna vez en Melilla?
– No, nunca y es una doble satisfacción el estar en Melilla mañana, primero porque nunca habíamos estado en la ciudad y segundo porque el compositor de gran parte de las canciones de ‘Los Diablos’ y de otros cantantes de la época es de Tetuán. Dejar la música y no haber estado en Melilla no hubiéramos estado en paz. Es una ciudad que teníamos pendiente y por eso a todo el grupo le hace mucha ilusión. Además, es un auténtico placer compartir el escenario con grandes artistas como Janette y Micky.
– ¿Qué es lo que podrán ver los melillenses en su concierto?
– A parte de todos los éxitos de ‘Los Diablos’, que son bastantes, también traemos como regalo medley de canciones de los años sesenta, en recuerdo de un disco en el que estaban todas las canciones del verano de nuestra vida. Así, recordaremos éxitos que fueron en los años setenta y haremos un recuerdo también de las de los sesenta. Todo para que que la gente participe, cante y veréis como la actuación de ‘Los Diablos’ es para los peques y no tan peques.
– ¿Pensaron alguna vez cuando crearon el grupo que iban a estar 40 años juntos dentro de la música?
– Yo siempre he creído que la música sería algo pasajero y que no sería nuestro modo de vida, porque cuando se es joven los padres te dicen que la música no va durar toda la vida. Todos realizamos estudios, uno de mecánico, otro una carrera de arquitecto... todo el grupo teníamos asumido que la música no iba a durar tanto. Nos extrañamos por ello. Somos músicos pero nos tomamos el trabajo como un obrero cualquiera. Uno hace una obra y nosotros hacemos música pero ‘Los Diablos’ es nuestro medio de vida, por lo tanto, aquí están la ilusión de 40 años de música. Quién nos iba a decir que después de 40 años estaríamos en Melilla tocando nuestra música.
– Sus canciones han llegado a varias generaciones, ¿qué sensación les produce?
–Es curioso, porque cuando vienen a los conciertos los padres traen los vinilos para que los firmemos. Me sorprende cómo los cuidan . Hay una frase de Manolo del ‘Dúo Dinámico’ que lo define “grupos como nosotros somos un poco de patrimonio familiar”. Son discos que van pasando de padres a hijos y con la tecnología del CD se ha vuelto a ganar y recuperar toda la música que había antes en vinilo. Esta es la música que estaba en casa, que pasa de hijos a padres, de abuelos a nietos, y se puede ver en las actuaciones populares donde hay cuatro generaciones. Los jóvenes reconocen canciones como ‘Acalorado’, ‘Fin de semana’... Muchos temas que nosotros pensamos que eran intrascendentes y ahora te das cuenta de lo que realmente significan. No dicen nada pero están ahí, todos las recuerdan. Aunque esta situación también le pasa a otros grupos de la época.
– ¿Qué canción pide el público siempre en los conciertos?
- ‘Oh oh July’. Es curioso que sea la canción que la gente nos pide y como normalmente está al final del repertorio del concierto. Siempre oímos al público decir “oh oh July”. La gente recuerda esta canción igual que ‘Un rayo de sol’ que fue nuestro gran éxito.
–¿Cómo se preparan para salir al escenario?
– Tocar un instrumento diferente cada uno en un tema que yo elijo es algo que estamos haciendo este verano. Ellos no saben el momento en el que vamos a intercambiarnos los instrumentos y es un juego que hacemos. Disfrutar encima del escenario se contagia y realizamos canciones de antes con el sonido de ahora y esto también se nota. Además, hacemos muchas bromas y que el público participe, que cante. Hay una cosa que no nos gusta, que haya sillas. Odiamos las sillas en la pista de baile. Nosotros somos un grupo de mucho contacto con el público y queremos que baile. No queremos que esté sentado y nos vea, aunque si es así lo aceptamos. Pero disfrutamos como locos si hay una pequeña pista de baile como mínimo.
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