¡Qué bien sienta pasear por la Feria! ¡Qué bonitas son las luces y qué chula es la música que se escucha de las casetas! ¡Y qué divertido es montarse en todas las atracciones! Pero nada de esto sería posible si no hubiera seguridad. Si los melillenses sintieran que están en peligro, el Real de la Feria estaría vacío y no habría nadie dando una vuelta ni comiendo en las casetas o subiéndose a los cacharritos. Gracias a muchos profesionales, la Feria es un espacio seguro. Mientras la ciudad se divierte, todos los miembros del dispositivo de seguridad, como la Policía Nacional y Local, Protección Civil o la Guardia Civil están trabajando velando por todos.
La Policía Nacional cuenta con varios agentes distribuidos en todo el espacio de la Feria. Y son mucho más que agentes que detienen a personas o que impiden que una pelea vaya a más. Son personas a las que recurren los ciudadanos cuando están en situaciones en las que no saben cómo actuar.
Esta semana una mujer les llamaba a voces para que acudieran a una caseta. Un niño de 3 años se encontraba mal y parecía desmayarse y tener mal color de cara y la familia no sabía hablar castellano. Los agentes atendieron a esta familia mientras que llamaban al 091 y activaban a los sanitarios que hay en el recinto ferial. Todos actuaron de la forma más rápida y profesional que pudieron y la situación quedó en un susto.
Por ello, el responsable de la Unidad de Prevención y de Reacción (UPR) de la Policía Nacional en la tarde del viernes y jefe de subgrupo y subinspector, Rachid Ahmed, remarcó que la Policía ya no solo está para prevenir o actuar para evitar un suceso. Remarcó que cree en la policía social. Aseveró que todos sus compañeros intentan acercarse a la gente y que les vean como personas de confianza a las que pueden acudir.
“Queremos que la gente nos vea como algo suyo porque nosotros estamos aquí para servir al ciudadano y nos esmeramos mucho para dar respuesta a las demandas que haya”, destacó Ahmed.