“Que un delegado del Gobierno sea de origen musulmán no debería parecer raro en Melilla”

El nuevo delegado del Gobierno comenta sus primeros días al frente del organismo gubernativo y señala que su designación hay que enmarcarla en una “normalización” coherente con el derecho a la igualdad. Nombrado el pasado 30 de diciembre nuevo delegado del Gobierno en Melilla, su designación ha marcado un hito para una ciudad que, en poco más de 25 años, ha pasado de mantener en la ilegalidad jurídica a parte de su población, a buscar una mayor integración y eclecticismo entre sus distintas comunidades.
Abdelmalik El Barkani, 51 años, melillense, casado y padre de dos hijos, es el primer delegado de Gobierno de origen amazigh.
Reconocido y nacionalizado como español hace prácticamente 20 años, gracias al movimiento por los derechos civiles y jurídicos que protagonizaron los hispanobereberes melillenses en el segundo lustro de los 80, El Barkani es un político de largo recorrido, con una dilatada experiencia en cargos relevantes del Gobierno local.
Ha sido consejero de Presidencia y, con anterioridad, también fue presidente de EMVISMESA y vicepresidente de INMUSA.
Además de impulsor y primer presidente del Instituto de las Culturas, ha venido ejerciendo igualmente como vicepresidente del Patronado de la UNED en Melilla.
Su nueva responsabilidad le ha llevado a abandonar todos sus cargos en el organigrama del Ejecutivo melillense para afanarse en la difícil tarea de coordinar las políticas del Gobierno central en Melilla y defender, a su vez, ante el Ejecutivo de Rajoy, las necesidades y justas aspiraciones de nuestra ciudad.
Abdelmalik El Barkani está prácticamente aterrizando en la Delegación del Gobierno pero, aún así, ha accedido a una primera entrevista con ‘El Faro de Melilla’.
-¿Cómo están siendo estos primeros días en la Delegación del Gobierno?
-Muy ajetreados, tomando contacto con distintas personas y áreas para hacer lo que en principio hay que hacer, sobre todo conocer e informarme de muchos aspectos que desconozco con el fin de que la maquinaria de la Delegación comience a funcionar, lo antes posible, con absoluta normalidad.
-De todos los asuntos principales que debe abordar, ¿cuál considera prioritario?
-Lo principal, para provocar un positivo efecto en cadena, es abordar los problemas derivados del desempleo. Estamos en una situación difícil y complicada para conseguir la creación de puestos de trabajo y el crecimiento económico, pero es una línea importante y básica para trabajar. A partir de ahí, todo lo que viene mejorará. Por lo tanto, lo más prioritario es luchar contra el desempleo.
-¿Ha hablado ya formalmente con el presidente Imbroda de su propuesta de creación de un órgano de cooperación entre la Delegación del Gobierno y la Ciudad Autónoma?
-Sí, hemos hablado de muchos temas en lo que ha sido una primera visita institucional de cortesía. Mi propuesta pasa por un órgano compuesto por responsables de la Delegación y de la Ciudad Autónoma, para coordinar las iniciativas que emanen de ambas administraciones, con el fin último de lograr la mayor eficacia posible con el menor coste. Creo que en las circunstancias que estamos viviendo, de crisis mundial financiera y económica, aunar esfuerzos y hacer que todos rememos en la misma dirección es algo que sólo nos puede beneficiar.
-¿Cuándo cree que dicho órgano estará en funcionamiento?
-Pondremos en marcha primero las distintas áreas que dependen de la Delegación del Gobierno y, a partir de ahí, espero que en un par de meses comience a caminar.
-Le quedan muchos nombramientos por realizar ¿cuándo se llevarán a efecto?
-Sí, efectivamente son muchos. En estos días he visitado las distintas áreas que integran la Delegación, a sus responsables y funcionarios. No sé cuándo se hará, pero sí sé que quiero que se haga con absoluta normalidad, como decía el delegado saliente, Antonio María Claret. Porque esto es un logro de la democracia, y a unos responsables democráticamente elegidos, les suceden otros igualmente y en las mismas condiciones.
-¿Tendremos alguna vez una frontera más ágil?
-Creo que se me va a entender si parto de la base de que hablamos de un problema que viene de lejos y que trasciende a muchas otras cosas. No sé si seré capaz de solucionarlo, lo que sí tengo claro es que quiero ver si podemos mejorar las condiciones. Todos estamos deseando conseguir esa agilidad en el paso fronterizo sin que merme la eficiencia de los servicios que se tienen que prestar. Para eso estoy informándome con detalle de la situación, para ver si, variando algunos factores, podemos conseguir ese objetivo.
-¿Está dispuesto a reunirse con los representantes de la UFP y la AUGC?
-Creo que mi obligación es escuchar también, que la toma de decisiones debe realizarse sin perder el norte de las directrices que emanan del Gobierno de España, pero también que escuchar a los agentes sociales, instituciones y organismos es bueno, porque me permitirá tomar mejores decisiones.
-En estos días hemos publicado una grave agresión a raíz de discrepancias religiosas ¿Le preocupa la minoría radical de corte salafista que se está asentando en Melilla?
- Lo que he leído me ha preocupado. Me preocupa que todavía, en pleno siglo XXI, se solucionen las discrepancias mediante la violencia. A estas alturas debemos plantearnos que cada cual debe ejercer su religión como estime oportuno y una simple condición, que no lesione los intereses de los demás. El que se produzcan agresiones por discusiones de tipo religioso, me parece impresentable. Algo está fallando. La prensa hablaba de algún salafista, no tengo conocimiento de los detalles, pero en cualquier caso esto no debe pasar. Siempre he defendido la misma línea al respecto y entiendo que no debe pasar en ninguna parte y menos en Melilla.
-Como gran conocedor de las aspiraciones de Melilla ante Europa ¿qué le parece la declaración reciente del comisario de política regional de la UE respecto de nuestra ciudad y Ceuta?
-Voy a intentar informarme mejor, porque cuando estuvimos en Bruselas. coincidiendo en un acto con motivo de la presidencia de Europa por parte de España, tuve la oportunidad de escuchar en directo al comisario de política regional, y ahí entendí que decía que aquellas regiones que habían hecho bien las cosas, que estaban en situación de convergencia o phusing-out, deberían seguir recibiendo algún tipo de ayudas para continuar convergiendo con el resto de la UE. Cuando volví lo comenté, expresé que me parecía muy bien, que coincidía además con lo que desde Melilla veníamos planteando pero que, además, teníamos otras líneas abiertas, con el fin de que se tuvieran en cuenta también las circunstancias especiales de nuestro territorio. Todo esto creo que debería permitir que mantuviéramos algún tipo de ayudas europeas. Por esto, las declaraciones del comisario me han sorprendido, digo que intentaré informarme mejor al respecto, porque ahora lo que toca es defender ante la Unión Europea los intereses de Melilla y otras regiones españolas que también requieren, como Ceuta, seguir recibiendo ayudas de la UE.
-El presidente Imbroda dio por cerrado un ciclo con su nombramiento. Se refería a la superación de un hecho de desigualdad histórico que empezó a cambiar en los años 80. ¿Está de acuerdo o cómo lo interpretó usted?
-Interpreté que él defiende que mi nombramiento representaba normalización, porque claro, que en este caso un delegado del Gobierno sea musulmán no debería sonar raro, teniendo en cuenta el porcentaje de melillenses que es de origen musulmán. Es verdad que es preciso tener relación con la vida política, pero es lo normal teniendo en cuenta que nosotros venimos defendiendo desde hace mucho tiempo normalidad, normalización, libertad, derechos, democracia… todos iguales en resumen, y a partir de ahí, bienvenidas sean las palabras del presidente y que sean par bien.
-¿Se puede hacer algo por la situación de Ali Aarras?
-Sé que se han hecho muchas cosas por parte de instituciones no gubernamentales y no sé si se podrá hacer algo, es cuestión de verlo. Yo albergo la esperanza de que se haga justicia y espero que así sea.
-¿Qué huella le gustaría dejar de su paso por la Delegación del Gobierno?
-En estos días he tenido muchas experiencias diferentes, quizás una de las más bonitas sea los mensajes de ánimo y la enhorabuena que me ha trasmitido tanta gente. La única huella que quiero dejar es no defraudar. La gente sabe como soy,  que no me asusta el trabajo. Por eso, con un poquito de suerte y la otra suerte que yo mismo me buscaré trabajando, con el apoyo del Gobierno de la Nación y el de la Ciudad, y de los melillenses, espero que me sirvan para conseguir los mejores resultados.
-Desde el PSOE se le ha criticado y se le ha dicho que se espera que sea un delegado del Gobierno central y no del Gobierno local, y que su gestión sea más eficaz como autoridad gubernativa que, durante su anterior etapa, como consejero de Presidencia ¿Qué le parecen estas primeras críticas?
-Pues las encajo. El PSOE está en su pleno derecho de criticar. Siempre he dicho que si las críticas se hacen bien y no son despectivas, aunque sean demagógicas, pues no pasa nada, se encajan. Cuando además son lógicas y tienen fundamento, las críticas pueden servir para variar una determinada forma de enfocar un asunto. Sin embargo, no estoy ni puedo estar de acuerdo porque yo estoy satisfecho de mi actividad como consejero del Gobierno local y creo que he contribuido a ayudar al presidente a conseguir mejoras para la ciudad. Por tanto, si puedo ser mejor delegado que consejero, pues mejor que mejor. Yo tengo claro quien soy y qué represento, sé que me toca coordinar las políticas del Gobierno central en Melilla y coordinarlas a su vez con la administración autonómica, en este caso la Ciudad Autónoma de Melilla. Pero también debo servir de altavoz de aquellas justas peticiones que haga la Ciudad Autónoma ante la Administración central, para que se conozcan debidamente por parte del Gobierno de la Nación. Y como yo conozco al Gobierno local y cuáles son sus proyectos, porque he formado parte de él durante ocho años, sé que las peticiones serán absolutamente normales, que se pondrán asumir más o menos prontamente. Además, estoy convencido de que aquellos compromisos que han adquirido el propio presidente Mariano Rajoy y algunos de los que hoy son sus ministros, se irán ejecutando. Es verdad que estamos en una situación difícil, pero eso no es motivo para que escudándonos en ello dejemos de cumplir con algunas de las promesas que se hicieron. Creo que se puede y se debe hacer Por eso proponía el órgano de coordinación, porque coordinándonos ambas administraciones podemos conseguir una mayor eficiencia. Se ha comprobado que el déficit es mayor del previsto y que los ajustes para combatirlo no pueden aplazarse, pero entiendo que cuando hablamos de ajustes en ningún caso pueden afectar a los pilares del Estado del Bienestar, como son la educación, la sanidad o las pensiones. Por eso creo que los ajustes, que nos obligarán a apretarnos el cinturón, harán desaparecer algo el tejido adiposo pero sin afectar a la musculatura.