La pasada semana hablábamos de cómo la alergia primaveral también afecta a nuestras mascotas. Aunque pueda sonar extraño, los perros y gatos también pueden ser alérgicos al polén, además de muchas otras cosas. En esta ocasión, dado que ha llegado el buen tiempo y las flores comienzan a florecer, no está de más recordar algunas de las plantas que pueden resultar tóxicas para nuestras mascotas y cómo podemos evitar que las ingieran y se intoxiquen.
El Laurel, que lo solemos usar para cocinar, puede ser tóxico para perros y gatos porque tiene eugenol y otros compuestos que les ocasionan problemas digestivos.
Es bien conocido que el Aloe Vera tiene multitud de beneficios para personas y también para perros y gatos. Sin embargo, hay que tener mucho cuidado con ella porque puede ocasionar el efecto contrario si la ingieren de manera incorrecta. El gel de la planta contiene aloína, un químico causante de alergias e irritaciones gastrointestinales, por lo que puede producir vómitos y diarreas.
En general los Lirios son muy tóxicos para estos animales, tanto su tallo como hojas, flores y polen, por lo que es muy fácil que se pegue a sus patas o pelo y que, al lamerse, se intoxiquen. Los gatos lo pasan mucho peor con esta planta que con los perros.
El Muérdago también contiene sustancias que pueden ser nocivas para el corazón si consumen una gran cantidad de la planta.
Otra planta navideña que es tóxica para los peludos y que normalmente solemos tener en casa durante el mes de diciembre es la Flor de Pascua. Su savia puede ser muy irritante en piel, ojos, boca y estómago.
Se trata de una de las plantas domésticas más comunes, pero el Philodendron también puede resultar tóxica si nuestras mascotas la muerden porque contiene cristales de oxalato cálcico insolubles que causan un dolor agudo en la boca y la garganta.
Una pariente suya también dañina es la Dieffenbaquia, que puede irritar las mucosas, causar hipersalivación, vómitos o úlceras, y hasta una ceguera temporal si los peludos entran en contacto con su savia.
Para prevenir que nuestros perros y gatos puedan intoxicarse con alguna planta es importante mantenerlas fuera de su alcance, colocándolas en sitios altos o a los que les resulte difícil llegar.
También es aconsejable enseñarle a nuestras mascotas que no hay que comer plantas. Normalmente los perros suelen morder las plantas por aburrimiento, ansiedad o falta de nutrientes, pero hay ciertos trucos para evitar que se acerquen a ellas.
Se puede colocar rejillas en las macetas, además de dificultar su acceso colocándolas a cierta altura. Si trata de comerlas, hay que ser firmes y decirles “no” o distraerlos rápidamente con algún otro estímulo que les resulte interesante, como los juguetes.
Si las come por aburrimiento, sacarlos a pasear frecuentemente es muy aconsejable. Pero otro truco es utilizar algún repelente natural con cítricos para que no se sientan atraídos por el olor.
En el caso de los gatos, también podemos probar a comprar hierba para gato, que puede resultar una estupenda alternativa para nuestros felinos.
Si a pesar de todo tenemos la sospecha de que nuestra mascota ha ingerido alguna planta tóxica, es importante observarla y detectar síntomas. En el caso de que sepamos con certeza qué ha ocurrido, es fundamental consultar rápidamente con nuestro veterinario de confianza.
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