Categorías: Editorial

Que no se nos vaya de las manos

Mustafa Aberchán, el líder del principal partido de la oposición, Coalición por Melilla (CpM), dio ayer una rueda de prensa que calentó, aún más, el debate en torno a la prohibición de entrada de borregos marroquíes en Melilla tras decretarse una alerta sanitaria por un brote de fiebre aftosa en enero pasado en el país vecino.

Según dijo el cepemista, a Melilla están entrando productos kosher (para la comunidad judía) procedentes de Marruecos, por lo que él considera que el veto a los corderos de los zocos marroquíes para la próxima fiesta del Aid El Kebir es un “capricho” del delegado del Gobierno.
Abdelmalik El Barkani no se anduvo con medias tintas y salió al paso de las declaraciones de Aberchán, tachándolas de “irresponsables e incendiarias”.
También el representante de la Comunidad Judía, Jaime Azancot, terció en la polémica y vino a desmentir a Aberchán, asegurando que todos los productos kosher que entran en Melilla proceden de la península y de Europa.
El debate amaneció ayer al rojo vivo con unas declaraciones hechas el jueves por la consejera de Presidencia, Paz Velázquez, que PSOE y Podemos interpretaron como una invitación a que los musulmanes de Melilla se marchen de la ciudad.
Por mucho que Velázquez se empeñó ayer en aclarar que se refería a la obligatoriedad de cumplir las leyes sanitarias de nuestro país, Podemos hizo toda la sangre que pudo y hasta revolvió la hemeroteca para localizar a Velázquez luciendo una camiseta en la que pedía el voto para Vox, mucho antes de ser socia de Gobierno del PP.
Con estos truenos no era necesario que Aberchán entrara ayer en comparaciones, que siempre son odiosas, entre una comunidad y otra porque este tipo de polémicas ponen la paz social de nuestra ciudad en entredicho.
El Faro quiso saber ayer cómo han encajado los melillenses la polémica en torno a la prohibición de entrada de borregos marroquíes en Melilla. Para tomar el pulso al debate este periódico se plantó en el Rastro y allí comprobó que el tema está al rojo vivo. La mayoría de los encuestados se ha tomado la restricción sanitaria como un ataque a sus costumbres.
A medida que se va acercando la fiesta del Aid El Kebir, el ambiente se va caldeando en Melilla. A estas alturas se habla de manifestaciones y de boicot a los borregos que lleguen de la península. Es importante que todo este debate no se nos vaya de las manos.

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