Tras la que será conocida como la legislatura más corta de la historia democrática española, ayer mismo se volvieron a conformar, por segunda vez en lo que va de año, las Cámaras nacionales.
Tanto el Congreso como el Senado acogieron ayer a los que se espera que sean sus integrantes durante sus próximos cuatro años. Por Melilla repiten los mismos que tras el 20 de diciembre: María del Carmen Dueñas es diputada en la Cámara Baja y Juan José Imbroda y Sofía Acedo están en la Alta.
El sentimiento parece unánime: evitar a toda costa unas terceras elecciones generales. En ello está el candidato a la Moncloa más votado, Mariano Rajoy, cuyo acuerdo con Ciudadanos (C’s) se materializó ayer por la mañana para hacer presidenta del Congreso a la ya exministra de Fomento Ana Pastor y colocar en la vicepresidencia a un integrante ‘naranja’.
Los tres representantes melillenses apelan a la responsabilidad del resto de partidos para evitar el bloqueo político en nuestro país y poner un Gobierno en marcha que acometa reformas necesarias para España.
Desde la oposición, es evidente que el PSOE tampoco quiere otros comicios generales. Sin embargo, está convencido de que su sitio está en la bancada contraria a la de Mariano Rajoy y el PP. Si tras las elecciones del 26-J los socialistas perdieron cinco escaños, es obvio que al partido de Pedro Sánchez no le interesa lo más mínimo volver a pasar por las urnas.
La coalición del ‘sorpasso’ frustrado, Unidos Podemos, es la que parece tenerlo más claro de entre las formaciones opositoras. Ahora les toca trabajar desde las instituciones, puesto que una repetición electoral puede hacerles perder aún más votos que el mes de junio.
Con las posturas, hasta el momento, enrocadas de PSOE y formación morada, Ciudadanos parece que está dando pasos para fomentar la gobernabilidad. Albert Rivera ha pasado de decir que no apoyarían a un PP de Rajoy a afirmar que “nunca ha habido veto” al actual presidente en funciones.
De hecho, el propio Juan José Imbroda, en declaraciones a El Faro, señaló ayer que C’s no podría explicar ahora por qué no fomenta que se conforme un Ejecutivo central, y apeló a la “lógica” para decir que una unión de partidos de centro-derecha sería un buen punto de partida para conformar un Gobierno.
España se encuentra ante una situación insólita y sus políticos deberán estar a la altura para alcanzar acuerdos dialogando.