El centro Gámez Morón no parece estar atravesando uno de sus mejores momentos. Hace meses ya dijimos aquí que se habían producido casos de sarna, algo que ya venía de lejos, hace más de un año, y se inició cuando aún gobernaba la ciudad la alianza CpM-PSOE. Los trabajadores denunciaron la plaga porque no solo la sufrieron los usuarios sino también los propios miembros de la plantilla. La cosa es que, desde entonces, no se terminado con ese problema, que surge una y otra vez para desesperación de muchos de los familiares de los jóvenes del centro.
Ya son cinco veces que uno de ellos, de 33 años, con discapacidad intelectual y dependiente motor, que vive en el Gámez Morón en régimen interno, sufre de sarna. Su padre asegura que no sabe lo que hacer porque nadie toma en consideración este asunto, que se ha convertido en algo recurrente. Y ahí viene la primera pregunta: ¿se han tomado todas las medidas oportunas para erradicar la sarna en el Gámez Morón? ¿Se han cambiado los colchones, se ha comprado nueva ropa de cama, se han esterilizado las instalaciones, se cumplen todos los requisitos de salubridad?
Este joven en concreto, por si fuera poco, tiene un largo historial de ingresos en la Urgencia del Hospital Comarcal por sucesivas caídas. Las fotos muestran cómo de reventados tiene los labios, que se ha quedado casi sin dientes y numerosas costuras en la cabeza y en la ceja como consecuencia de los golpes cuando se cae, sin contar con las fracturas de huesos. En algunos casos incluso ha precisado cirugía, concretamente porque se reventó el tímpano en una de esas aciagas ocasiones.
La familia no sabe a dónde acudir para que le hagan caso y se tomen las medidas oportunas para que nada de esto vuelva a suceder. Y que nadie olvide que este joven paga el 90% de su pensión de 600 euros por estar allí. Es decir, le cuesta dinero su internamiento en el Gámez Morón para que encima sufra sarna y caídas que en modo alguno son justificables.
El padre de este chico cree que el problema puede venir de la falta de personal para atender a los internos y se queja de que no se investiguen cuestiones como el origen de la sarna. ¿A qué se espera desde las Administraciones Públicas para abrir las ventanas del Gámez Morón y se acabe con una situación de plaga más propia de siglos pasados que de pleno 2024?
Resulta de total urgencia que se haga una revisión en profundidad del centro, que se pidan los partes de incidencias que los trabajadores deben redactar y firmar en cada turno para que se sepa qué está pasando. Solo conociendo el origen de los conflictos se puede encontrar una solución.
Consta que la consejera de Política Social y Salud Pública, Randa Mohamed, se ha interesado alguna que otra vez por el asunto éste tan penoso de la sarna pero cuentan los familiares que el informe que se le da desde el centro está tan “edulcorado” como los datos que se le daban desde la Delegación del Gobierno a la ministra de Sanidad, Mónica García, acerca de la calidad asistencial de su departamento en la ciudad.
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