El nuevo comisario de la Policía Nacional de Melilla, José Antonio Togores, tomó posesión este lunes de su cargo al frente de la Jefatura Superior de la ciudad y en su presentación se puso el listón muy alto: dijo que quiere mantener e incluso incrementar los resultados de su antecesor, Francisco Rodríguez, que se ha jubilado dejando unas cifras envidiables de descenso de la criminalidad.
Es cierto que los méritos del comisario Rodríguez van de la mano del cierre de la frontera, pero algo tiene el agua cuando la bendicen. Aún así, coincidirán conmigo en que en esta ciudad hay mucho margen de mejora. Sin ir más lejos, basta con darse un paseo por el Parque Hernández, un fin de semana pasada la hora de la comida para comprobar que la zona de juegos infantiles está cerrada y que hay corrillos de bebedores de cervezas compartiendo la borrachera delante de los niños que, como todos los padres sabemos, difícilmente duermen la siesta.
Eso seguramente es territorio de Policía Local, pero los ciudadanos entendemos la seguridad como una cosa de todos.
Es cierto que ha bajado el número de robos y hurtos a pie de calle en Melilla, pero también lo es que nuestras calles están desiertas. La gente de Melilla se ha hecho a la idea de que la vía pública es de los maleantes y cada vez salimos menos. La ciudad está triste y eso es algo que no se percibe hasta que nos comparamos con la península. No tenemos nada que envidiarle a los pueblos del interior de Andalucía, que al caer el sol se quedan desiertos porque los abuelos se recogen temprano.
Volviendo al comisario, me sorprendió su currículo. Es impresionante. Es un número uno: 42 años de servicio, experiencia en los Tedax, en la UIP, en el servicio canino, en la Comisaría de Extremadura y en la de Cataluña. Allí lideró a 3.500 policías, en pleno 'boom' del independentismo y aquí estará al mando de unos 500 efectivos y con cifras de criminalidad a la baja. Parece fácil ¿no?
Sin embargo, el director general de la Policía, Francisco Pardo Piqueras, le dijo en la presentación que le hizo, que Melilla es un reto. Y no voy a ocultar que se me pusieron los pelos de punta. Si somos un reto comparado con la Cataluña antiespañola, hay que ponerse el cinturón porque se avecinan tormentas.
Tenemos que reconocer que el contexto internacional en el norte de África es convulso. Argelia ya no sólo le saca los dientes a Marruecos. También se los ha sacado a la Unión Europea. Marruecos se cree que es Rambo y dice que si no hay reconocimiento de la marroquinidad del Sáhara no hay acuerdos comerciales. El Sahel sigue siendo el avispero de siempre y va a peor. Libia prepara elecciones para este 24 de diciembre y lo hace en un clima de confrontación entre administraciones enfrentadas. Muchos creen que terminará siendo una nueva Siria.
Si el retrato se ve desde esa óptica, entonces desde luego, Melilla es un reto para el comisario Togores. Y ya si le mete mano a La Cañada, ni te cuento. Ahí sí tiene un reto, aunque debe tener cuidado porque Melilla es el último escalón para el éxito o para el ostracismo.
Las mieles del éxito, por ejemplo, las saboreó nuestro ex comisario José Ángel González, que ahora es Director Adjunto Operativo de la Policía Nacional. Un hombre que se ganó el cariño de Melilla porque se integró a la velocidad de la luz. De aquí, salió con un merecido ascenso.
Sin embargo, su antecesor interino, Javier Nogueroles, le metió mano a La Cañada y lo mandaron a la Academia de Policía de Ávila. Es complicado. Parece fácil, pero ya lo dice el refrán: pueblo pequeño, infierno grande.
Entre los objetivos que se marcó el nuevo comisario comisario Togores, me llamó la atención, para bien, que entre sus prioridades esté la lucha contra la violencia machista, la trata de personas, la defensa de los derechos humanos y combatir la corrupción. Me gusta todo.
Algo menos me gustó la referencia que hizo en su discurso de toma de posesión a la relación que se propone alcanzar con los medios de comunicación "para mejorar la información". Supongo que habla de colaboración y no de restricción o de clases de Periodismo. En ese punto, estamos expectantes.
Por lo demás, creo que es una suerte para esta ciudad tener un comisario con una hoja de servicios tan completa. Ojalá Melilla sea de verdad un reto para él. Ojalá nos deje una ciudad mejor que la que encuentra. Sueño con una ciudad en la que una no tenga que caminar por la calle con el bolso muy pegado a la pared para evitar un tirón.
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