El Antiguo Testamento y el propio Jesús ya anuncian con detalle la llegada y las circunstancias que rodearon la vida del ‘Auxiliador’ que fundó el Islam en el mundo.
En la penúltima jornada de conferencias del segundo curso de la Comisión Islámica de Melilla (CIM) que viene impartiendo el experto en la materia, Yasin A. Puertas, abordó ayer la figura del profeta islámico Muhammad y su continua presencia en el Antiguo y Nuevo Testamento. La relevancia de estas reflexiones en la sociedad actual tiene como objetivo “demostrar que el mensaje de Muhammad es universal y tiene un carácter unificador”, sostuvo.
El Palacio de Exposiciones y Congresos (PEC) alberga la celebración del curso ‘De la Biblia al Islam’ con cerca de un centenar de jóvenes melillenses inscritos y que finalizará en la tarde de hoy con la última conferencia de Puertas y la clausura del curso de la CIM con el acto de entrega de diplomas.
El momento en el que el profeta Muhammad se ve obligado a huir de La Meca, en contra de su voluntad, así como de otros acontecimientos que marcaron su vida hasta su muerte plantó la semilla de la que nació una nueva religión monoteísta en el mundo: el Islam. En opinión de Puertas, el hecho de que ni hebreos ni cristianos reconozcan la figura de Muhammad como profeta, que además fue anunciado tanto en el Antiguo como el Nuevo Testamento, hace que hoy día “sigan existiendo religiones diferentes” y que cada cual haya interpretado la existencia del profeta Muhammad de una manera u otra mientras que el mensaje del profeta islámico “en su esencia dice que todos somos iguales, que somos hermanos, que Dios es uno para todos y que nos tenemos que entender”.
Por ello, este curso pretende promover “la búsqueda de todo aquello que tenemos en común y no lo que nos diferencia, porque todas las cosas que nos unen son muy numerosas y hay que entender que las que nos diferencian pertenecen a épocas y momentos históricos muy puntuales”, argumentó.
Lo que sí es un hecho constatable para los musulmanes y el mundo islámico es que las enseñanzas del Corán suponen la materialización de lo que para las demás religiones es “una cuestión de fe”.
En su intervención de ayer, Puertas dio un repaso a todos aquellos capítulos del Antiguo Testamento en los que se habla de la llegada del profeta Muhammad y “en varias ocasiones se menciona el ‘Adóm de Nabim’, que en hebreo significa ‘el señor de los profetas” donde se mencionan casi 5.000 años antes del nacimiento del profeta islámico muchos de los pasajes y vivencias que experimentará Muhammad en su vida, así como circunstancias muy especiales de su nacimiento y muerte. En este sentido, uno de los pasajes que recoge el Antiguo Testamento y que se ajusta más fielmente a lo que en vida sufrió el profeta Muhammad fue su expulsión de La Meca.
Tanto en el momento en el que se produjo, con las condiciones sociales y políticas que le obligaron a huir, así como de las torturas que sufrió “hasta que finalmente y a regañadientes abandonó La Meca”, están recogidas en las profecías del Antiguo Testamento.
Por otra parte, las figuras de San Juan Bautista y Jesús también jugaron un papel relevante al anunciar también en varias ocasiones la llegada de un nuevo profeta. En la última cena, Jesús les dijo a sus apóstoles “no os pongáis tristes porque yo me tengo que ir para que venga el Paráclito (auxiliador en griego) que os lo explicará todo”. La interpretación posterior que se dio a estas palabras es, para la Iglesia Católica, una referencia clara al Espíritu Santo y para el mundo islámico el anuncio del nacimiento del profeta Muhammad.
En la penúltima jornada de conferencias del segundo curso de la Comisión Islámica de Melilla (CIM) que viene impartiendo el experto en la materia, Yasin A. Puertas, abordó ayer la figura del profeta islámico Muhammad y su continua presencia en el Antiguo y Nuevo Testamento. La relevancia de estas reflexiones en la sociedad actual tiene como objetivo “demostrar que el mensaje de Muhammad es universal y tiene un carácter unificador”, sostuvo. El Palacio de Exposiciones y Congresos (PEC) alberga la celebración del curso ‘De la Biblia al Islam’ con cerca de un centenar de jóvenes melillenses inscritos y que finalizará en la tarde de hoy con la última conferencia de Puertas y la clausura del curso de la CIM con el acto de entrega de diplomas. El momento en el que el profeta Muhammad se ve obligado a huir de La Meca, en contra de su voluntad, así como de otros acontecimientos que marcaron su vida hasta su muerte plantó la semilla de la que nació una nueva religión monoteísta en el mundo: el Islam. En opinión de Puertas, el hecho de que ni hebreos ni cristianos reconozcan la figura de Muhammad como profeta, que además fue anunciado tanto en el Antiguo como el Nuevo Testamento, hace que hoy día “sigan existiendo religiones diferentes” y que cada cual haya interpretado la existencia del profeta Muhammad de una manera u otra mientras que el mensaje del profeta islámico “en su esencia dice que todos somos iguales, que somos hermanos, que Dios es uno para todos y que nos tenemos que entender”.Por ello, este curso pretende promover “la búsqueda de todo aquello que tenemos en común y no lo que nos diferencia, porque todas las cosas que nos unen son muy numerosas y hay que entender que las que nos diferencian pertenecen a épocas y momentos históricos muy puntuales”, argumentó.Lo que sí es un hecho constatable para los musulmanes y el mundo islámico es que las enseñanzas del Corán suponen la materialización de lo que para las demás religiones es “una cuestión de fe”.En su intervención de ayer, Puertas dio un repaso a todos aquellos capítulos del Antiguo Testamento en los que se habla de la llegada del profeta Muhammad y “en varias ocasiones se menciona el ‘Adóm de Nabim’, que en hebreo significa ‘el señor de los profetas” donde se mencionan casi 5.000 años antes del nacimiento del profeta islámico muchos de los pasajes y vivencias que experimentará Muhammad en su vida, así como circunstancias muy especiales de su nacimiento y muerte. En este sentido, uno de los pasajes que recoge el Antiguo Testamento y que se ajusta más fielmente a lo que en vida sufrió el profeta Muhammad fue su expulsión de La Meca. Tanto en el momento en el que se produjo, con las condiciones sociales y políticas que le obligaron a huir, así como de las torturas que sufrió “hasta que finalmente y a regañadientes abandonó La Meca”, están recogidas en las profecías del Antiguo Testamento. Por otra parte, las figuras de San Juan Bautista y Jesús también jugaron un papel relevante al anunciar también en varias ocasiones la llegada de un nuevo profeta. En la última cena, Jesús les dijo a sus apóstoles “no os pongáis tristes porque yo me tengo que ir para que venga el Paráclito (auxiliador en griego) que os lo explicará todo”. La interpretación posterior que se dio a estas palabras es, para la Iglesia Católica, una referencia clara al Espíritu Santo y para el mundo islámico el anuncio del nacimiento del profeta Muhammad.
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