Los representantes del PSOE en Melilla y de Juventudes Socialistas, acudieron, como todos los años en el Día Internacional de los Trabajadores, al Cementerio de la Purísima para rendir homenaje a aquellas personas que trabajaron y lucharon por el país.
Gloria Rojas, secretaria general del PSOE en la ciudad, afirmó que este 1 de mayo es un día especial para los socialistas y el sindicato UGT, pues rinden homenaje a aquellas personas que dieron su vida para la defensa de los trabajadores, de sus derechos y de las libertades de España.
Rojas aprovechó para recordar que mantendrán el compromiso con los trabajadores, pero destacó que aún quedan muchas tareas por hacer. Para la socialista, 28 de abril los españoles respaldaron el proyecto central porque ampara a los trabajadores.
La defensa de los derechos laborales, de las libertades y de un salario mínimo interprofesional justo, así como mejoras en la reforma laboral -prometida para este periodo en apoyo a los autónomos- son parte de premisas de los socialistas.
En la ciudad, según Rojas, el PSOE ha tomado varias acciones para mejorar la calidad de vida de los melillenses. “La Delegación de Gobierno ya ha anunciado que se va a poner en marcha un plan de empleo de choque, con una inversión de 11 millones de euros que va a combinar no solo la lucha contra el desempleo sino también con la formación para que esas personas, cuando terminen este plan de empleo, estén preparados para enfrentarse al mundo laboral”.
Los representantes del PSOE, Juventudes Socialistas y UGT visitaron el cementerio de la Purísima para rendir un homenaje a melillenses que, en muchos casos, fueron asesinados por defender la democracia del país.
La actividad consistió en realizar nueve paradas por el cementerio, en las que no solo se hablaba de la vida del fallecido, sino que también iban dejando una flor roja en las tumbas. Francisco Narváez fue el encargado de dirigir el recorrido.
En la primera parada, Narváez aprovechó para entregar a la secretaria general del PSOE fotos de los melillenses honrados. De acuerdo con Narváez, en la ciudad, décadas atrás “no hubo guerra civil, sino una carnicería enorme, hubo 310 asesinados, centenares de personas condenadas a muerte quienes durante años vivieron con el miedo en el cuerpo de que les cumplieran la condena”.
En el año 1976, un grupo de socialistas comenzó la realizar las visitas al cementerio, con el objetivo de recordar a compañeros que habían fallecido “por los mismos derechos, principios y valores que proclama nuestra Constitución”.
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