EL colegio de El Real acogerá la primera de una serie de concentraciones de los sindicatos de la Educación. Protestarán esta mañana a las puertas de ese centro contra lo que la Dirección Provincial considera ‘normal’.
Bajo este adjetivo hay una larga lista de deficiencias y desajustes en el sistema educativo de la ciudad a los que exigen que se ponga solución.
Uno de los asuntos que más preocupan a los docentes es el alto número de niños por aula. Este curso, como en los anteriores, es ‘normal’ que cada clase esté formada por más de 30 alumnos, una cifra inviable para poder ofrecer una enseñanza de calidad en cualquier centro educativo y más en Melilla, donde los problemas se superponen. Aquí, por ejemplo, es ‘normal’ que haya alumnos que no hablen el español y, por lo tanto, no lean ni comprendan los textos escritos en nuestro idioma.
También ha sido ‘normal’ que hasta hace unos días faltaran mesas y sillas en las aulas. Y ahora es ‘normal’ que falte espacio para los alumnos que ‘normalmente’ se incorporan a las clases a lo largo de todo el año una vez empezado el curso .
Es ‘normal’ igualmente que los profesores ocupen parte de su jornada laboral en trabajos burocráticos, un tedioso ‘papeleo’ que les resta tiempo para estar con sus alumnos.
No es ‘normal’, en cambio, que un centro carezca de patio para que los alumnos puedan disfrutar del recreo o de un lugar acondicionado para hacer deporte. Sin embargo, el colegio de El Real carece de una cosa y de la otra. Los niños juegan en la calle (que se corta al tráfico) y se desplazan al Lázaro Fernández para la clase de Educación Física. Necesitan 10 minutos para llegar y otros 10 minutos para regresar. En el mejor de los casos, disponen de 25 minutos para hacer deporte. Ésa es la consecuencia de la decisión del Ministerio de Educación al obligar a recudir en 10 minutos la duración de las clases, que antes ‘normalmente’ eran de 55 minutos y que ahora son de 45. En este caso, al contario que ocurre con el resto, lo ‘normal’ ha dejado de serlo y se ha convertido en un problema.
En los centros educativos de Melilla, el poco ímpetu a la hora de buscar soluciones ha hecho que las ‘puntuales’ vulneraciones de directrices marcadas por el propio Ministerio se convierta en ‘normal’. Son años de degradación de la calidad en la enseñanza que tienen su reflejo en los resultados académicos medios de nuestros estudiantes.
Hoy será la primera protesta. El colegio de El Real, un típico colegio melillense, ha sido el lugar elegido por los sindicatos para empezar a rebelarse contra lo ‘normal’, que es el mayor problema de las aulas en nuestra ciudad y el producto de años de abandono. Tal vez así algún día se consiga imponer como ‘normal’ lo que hoy es lo ‘excepcional’ y un ‘típico’ colegio melillenses sea algo muy distinto a lo que ahora conocemos.
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