Los jueces de Melilla se sumaron ayer a una protesta a nivel nacional con la que reclaman más recursos que mejoren las condiciones de trabajo que tienen estos profesionales, así como más medios para garantizar una asistencia sanitaria en estas dependencias.
Este colectivo destaca que en los juzgados de la ciudad se carece de un desfibrilador, un aparato médico que podría salvar la vida de una persona que sufriera un infarto al corazón. El juez decano de Melilla, Emilio Lamo de Espinosa, aseguró que este equipo médico podría haber salvado la vida del magistrado del juzgado de lo social número 25 de Madrid que falleció el pasado martes. Los jueces de Melilla mostraron su solidaridad con la familia de este juez.
Además, reclamaron la importancia de contar con medios para poder atender a las personas que sufran un incidente en los juzgados. Lamo de Espinosa aseguró que sólo tienen un botiquín con tiritas, alcohol y esparadrapo, elementos que no sirven cuando una persona se desmaya en la sala o si se cae por las escaleras, dos casos que han ocurrido en la ciudad. También se reclamó la necesidad de poner un sistema de ventilación en la sala del juzgado de guardia.