¿Propuestas electorales o concurso de ocurrencias?

Escuchar y leer a diario los Medios de Comunicación en estos días de campaña electoral puede llegar a convertirse en una auténtica locura, ante el rosario de propuestas que enuncian unos y otros, la mayoría de las veces como si estuviesen escribiendo una Carta a los Reyes Magos. Lo más llamativo es la relación inversa entre las medidas más ambiciosas –que no por ello las más cuerdas- y las posibilidades reales de formar Gobierno por parte de quienes las plantean. Es el caso por ejemplo del nuevo partido ‘Adelante Melilla’, del exsocialista Amín Azmani, que incluso ha llegado a proponer la creación de una empresa pública de transporte para, según promete, habilitar nuevos enlaces marítimos con Málaga a precios más asequibles.

La idea me recuerda aquella iniciativa de CpM en sus tiempos de Gobierno de la Ciudad con el GIL, que acabó dejando varado en el puerto un barco rápido que jamás logró operar en nuestras líneas marítimas.

Es verdad que, por entonces, no existía la garantía de servicio público que posteriormente declararía en 2002 el Gobierno de Aznar para asegurar nuestras conexiones por mar, y que tampoco la bonificación del pasaje alcanzaba como ahora el 75% del precio de los billetes. Por eso, aunque la iniciativa de Aberchán y el GIL no prosperara, al menos tenía un sentido que no acierto a ver en el momento actual para lo que propone Azmani.

Más coherente sería que se reactivara el trámite de ayudas al transporte de mercancías, inicialmente previsto en los PGE de 2017 pero que nunca llegó a concretarse ni, por tanto, a aplicarse.

Y como la comentada propuesta de la empresa de transporte público, pues podríamos señalar otras que, sin ser tan llamativas, discutibles o disparatadas, o bien se prometen ignorando que proponen medidas ya en marcha –caso del servicio de odontología para personas mayores que defiende CpM- o bien se esbozan a partir de verdades incompletas que, a la postre, concluyen en falsedades. Me refiero, en concreto, al PSOE, cuando culpa al PP de no construir nuevos centros educativos o de oponerse a ceder terrenos públicos donde hacerlos posible, sabiendo los socialistas que el nuevo instituto del Jardín melillense, actualmente en construcción, lo inició el anterior Gobierno de Rajoy, y que el terreno para el nuevo Colegio de Primaria en el ‘Gabriel de Morales’ no sólo ya está cedido y debidamente preparado por la Ciudad –que promovió y sufragó con fondos propios la demolición del antiguo cuartel-, sino que incluso su construcción ya podría haberse iniciado, gracias a la partida consignada a tal fin por el Partido Popular en su último proyecto de Presupuestos Generales; los mismos, como todos saben, que siguen prorrogados y vigentes por la incapacidad del Gobierno de Pedro Sánchez para aprobar unos PGE propios.

Pero siguiendo con las medidas, el rosario de propuestas es, ante todo, muy amplio. Algunas, como la de UPyD sobre la creación del Reglamento de Participación Ciudadana en la Asamblea de Melilla, desentierran antiguas demandas que cayeron en el olvido pero que nunca dejaron de tener sentido. Otras constituyen promesas que dependen más del Estado que de la Ciudad Autónoma. Es el caso, por ejemplo, de la creación de una Academia de Policía y Guardia Civil en Melilla, tal cual pretenden los cepemistas, aunque para más inri con la particularidad de ubicarla en los actuales terrenos del Aeropuerto. Y, claro, para liberar el espacio, primero apuestan por construir, ganándole terreno al mar, el gran y nuevo Aeropuerto internacional del Norte de África que CpM ansía para nuestra ciudad.

Vamos, que por pedir y por soñar que no quede. La panoplia de medidas tiene tal ‘calado’ que deberíamos tomar notas de recordatorio para cuando llegue la hora de actuar conforme a lo prometido. Además, su exposición, en general, es tan deslavazada que más bien parece un concurso de ocurrencias que acciones incardinadas en un proyecto de ciudad. Y Melilla, si algo necesita, es precisamente eso, un auténtico proyecto de ciudad que mejore nuestro presente y defina nuestro futuro. Un proyecto que quien mejor podría venderlo, porque tiempo ha tenido de ponerlo en práctica, tampoco se dedica a exponerlo adecuadamente. Me refiero al PP, demasiado focalizado en la confrontación a la que anda arrastrándolo CpM y más desentendido a la hora de vender su gestión. Y aunque de sus actuaciones urbanísticas ha hecho un amplio reflejo en su libro ‘Melilla mirando al futuro’, creo que le falta incidir más en todo lo que ha logrado. Al fin y al cabo, es al PP al que debemos la mayor rebaja en la cuota del IRPF, la mayor bonificación en el coste de los pasajes aéreos y marítimos, los recuperados enlaces aéreos con Granada, Sevilla y Almería bajo la fórmula de la garantía de servicio público y, en general, la gran transformación de Melilla durante los últimos 15 años, en mi opinión con más luces que sombras y siempre con una estabilidad política fundamental para nuestro presente y nuestro futuro.

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